sábado, 8 de agosto de 2009

SÍGUEME

El verano y las vacaciones han dado para mucho... o para poco, según se mire. Uno de los asuntos que tenía pendiente desde hacía tiempo era la mudanza de este blog. Quería renovarlo de alguna forma. Por eso, esta página que ahora visitas cambia de lugar, aunque no de filosofía.

Me marcho a esta nueva dirección, donde te sigo esperando:


Hasta allí te seguiré llevando todo lo que se me ocurra contarte.

Espero no aburrirte. Te espero

Saludos.

viernes, 3 de julio de 2009

HASTA AQUI HEMOS LLEGADO

La verdad es que la causa es la falta de tiempo, debido a la época de trabajo, más dura en estos meses que en el resto del año. Mi blog, por eso, lleva "abandonado" algún tiempo y con el futuro cercano que me espera lo mejor es darle/darnos un respiro hasta el mes de septiembre.

Sé que se me quedan en el tintero muchos temas de los que me hubiera gustado escribir algo. Sobre todo, haber comparado el tratamiento informativo de la muerte de Michael Jackson y el fallecimiento de Vicente Ferrer. Y también, por qué no, otros asuntos que hemos VISTO Y OÍDO en los informativos y que al menos a mí, no me han dejado indiferente: la "pasta gansa" del fichaje de Cristiano Ronaldo, el golpe de estado en Honduras o la nueva tragedia de un Boeing.

Qué más quisiera yo que haber tenido tiempo para todo esto, pero estoy con las pilas ya casi desgastadas, esperando a mis merecidas (sí, merecidas) vacaciones y resetear mi disco duro, ese al que cada mañana le paso el peine frente al espejo, para volver en septiembre con más fuerzas.

Os deseo a tod@s un feliz verano.

Y como vengo haciendo desde que este blog existe, os dejo con una sonrisa de Forges.

Hasta septiembre

sábado, 13 de junio de 2009

UNA DOCENA

"Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre.
Aunque las blancas alas de la muerte dispersen vuestros días.
Juntos estaréis en la memoria silenciosa de Dios.
Mas dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos uno a otro, mas no hagáis del amor una prisión, mejor es que sea un mar que se meza entre las orillas de vuestra alma.
Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis sólo en una.
Compartid vuestro pan, mas no comáis de la misma hogaza.
Cantad y bailad juntos, alegraos, pero que cada uno de vosotros conserve la soledad para retirarse a ella a veces.
Hasta las cuerdas de un laúd están separadas, aunque vibren con la misma música.
Ofreced vuestro corazón, pero no para que se adueñen de él.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener vuestros corazones.
Y permaneced juntos, más no demasiado juntos: porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble ni el ciprés crecen el uno a la sombra del otro. "



Gibran Khalil Gibran.
Poeta, Pintor, Novelista y Ensayista.
(Becharré, Líbano, 06/01/1.883 - Nueva York 10/04/1.931)
De su obra El Profeta (1.923)

viernes, 5 de junio de 2009

HABLANDO CLARO

No sé si me voy a meter en un jardín del que no pueda salir, pero lo cierto es que las palabras de Emilio Calatayud Pérez, Juez de Menores de Granada, dicen a mi corto entender jurídico un montón de verdades. Verdades como puños, con las que estoy de acuerdo.

Sé que los vídeos son algo extensos, unos diez minutos cada uno de ellos, pero por favor no dejen de verlos. Sobre todo aquellos los que sentís preocupación por la educación de vuestros hijos, así como los que creéis que, en este tema, hubo un tiempo pasado que fue mejor.

1ª PARTE



2ª PARTE




Emilio Calatayud Pérez (Ciudad Real, 22 de diciembre de 1955) es un Magistrado español, Juez de Menores de Granada conocido por sus sentencias ejemplares. Sus sentencias educativas han bajado la delincuencia en Granada y han aumentado el número de menores que no reinciden en el delito. En casi 20 años, el «padrazo» ha juzgado a más de 10.000 jóvenes a los que, siempre que puede, da esa segunda oportunidad que todos alguna vez hemos necesitado.

Según el propio Emilio: "Mi mayor satisfacción es que ahora estén aquí, sentados a mi lado, rehabilitados, contentos con sus nuevas vidas. ¿Cuándo un juez se encuentra así, amigablemente, como yo hoy, con tres de sus antiguos condenados?" Emilio Calatayud lo dice con auténtico orgullo. Junto a él, Jesús Antonio, Enrique y Federico sonríen a quien todos en Granada conocen también como el «padrazo», el juez de Menores más conocido de España, aquél de las condenas ejemplares que en cada chaval jamás ve a un mero «delincuente», sino a «un joven que cometió un delito» y, aun más, a una víctima de un sistema social que demuestra fracasar cada mañana en la que él vuelve a condenar a un crío. Ante esa instancia, su desafío es claro: rehabilitar sin encerrar a quienes han delinquido, trabajar con ellos en el mismo entorno en el que cometieron sus faltas. Lleva 17 años intentándolo, e incluso lográndolo: el 82 por ciento de los menores que cumplen condenas en el régimen de medio abierto -libertad vigilada y prestación de servicios al beneficio de la comunidad- no reincide en el delito. "Hoy ya evitamos incluso que un 70 por ciento de los menores vaya en un futuro a prisión -explica-, un gran logro de los profesionales que trabajan conmigo y de los que yo soy sólo la cabeza más visible."

sábado, 30 de mayo de 2009

TRILOGÍA DEL ROCÍO (1ª parte)

Sé de una fotografía en el salón de una casa, en la que a una romera de Triana le caen unas lágrimas por sus mejillas. Tuve la indiscreción de preguntarle un día y ella misma me contestó que, a pesar del tiempo que había pasado, sabía el porqué de su llanto en ese momento. La foto, naturalmente, no sabía que se la estaban haciendo.

Sé también de una letra de sevillana, en la que hablan de un hombre que recoge lirios en el campo para la carreta de Sevilla. No es ciertamente así, pero muy parecido: que yo conozco a alguien que dedica su tiempo cada año a pensar qué flores va a llevar el Simpecado de su Hermandad en cada uno de los momentos importante del camino. Después, quienes sólo intuyen amistad y nunca familiaridad, me hablan de su buen gusto al adornar la carreta del Salvador. Y a mí, como es lógico por ser como mi hermano, se me llena el alma de orgullo.

Sé también de otra a la que le gustaría ir, pero ahora no puede. Una absurda dolencia desde hace meses la tiene coartada de esas muchas cosas habituales que todos hacemos, y el camino del Rocío sería mucho pedirle ahora a su cuerpo. Por ello, en su blog, cuenta cosas de la Hermandad de Espartinas con la que tantas veces ha peregrinado, como si estuviera allí mismo.

Sé de una niña -casi ya no tan niña- que cuenta los años por romerías. Ya procura traer buenas notas, para que se traduzcan en bata rociera, coro, camino y todo eso. Guardamos fotos en mi casa de ella, de su primer Rocío, cuando a su padre (el de antes, el de las flores al Simpecado de Sevilla) casi ni le llegaba a la cintura. Hoy casi ya lo rebasa en altura.

Se de un matrimonio -jerezano él, trianera ella- que llegando mayo desempolvan matas de romero de su alma y aunque ahora cortos de días por mor del destino, no dejan de visitar la aldea para rezar por los suyos y con los suyos y por la que será muy de ellos, sobrina postiza de parentela pero íntima de cariños y alegrías, a la que no faltarán lazos de colores para el pelo.

Se de quien nunca fue en fiestas de Pentecostés, pero le gustaba que la llevaran “un dominguito cualquiera” a ver a la Virgen. Así lo hizo muchas veces. Así lo teníamos planeado, pero se nos escaparon los días por entre los dedos. Lo absurdo de mi vida me alejó de lo importante de la suya, que sin darme cuenta era lo importante de la mía. Sabe Dios que me arrepiento de no haber encontrado el hueco. Cuando la llevé fue para que se quedara siempre allí, donde la Marisma es remanso de paz.

Sé también de los que gustan presumir de traje nuevo y caballo; carriola, charré y casa; polainas y caireles; medalla y guitarra; lacayos y cocheros; los que llevan la bandera de la fe del todo vale; de lo que legalmente no valdrá nunca y de lo que honestamente no vale nunca nada. También tienen nombres y apellidos. Yo me sé y me conozco a algunos. Y lo malo es que la Virgen también los conoce.

Sé de una fiesta que me sigue impresionando cada año, que no me llama pero sí que me sisea. De lejos. Y me hace un guiño en las esquinas del alma, donde se me esconde, como una niña traviesa, como una novia enamorada. Una fiesta que me enseña lo mejor de ella, sí, y que quiere ocultarme sus pinceladas grises que sabe que existen, porque aunque al amparo del manto de la Virgen, la hacen (¿la hacemos?) los hombres.



El Rocío, mi Rocío es una obra de arte. Es un cuadro en el que, de lejos, contemplo la belleza de la pintura expresada: la profundidad, la perspectiva, los matices de los colores, la composición de las formas y los detalles que el autor quiere enseñarme. Pero en la distancia justa de verlo. Un cuadro en el que, al acercarme a sólo unos centímetros, descubro los brochazos mustios que dio el pintor en su faena, hebras del pincel olvidadas marcando surcos sin sentido, miedo al error en la mezcla de colores, ausencia total de nitidez, imperfección propia de la factura. Y veo -y siento también- que no me gusta tan de cerca, casi tan desde dentro. Y que además no logro entenderlo. Que noto la torpe unión de todos los matices al tenerlos tan cercanos; esos matices que crean el color real y la forma apropiada que me ofrece la lejanía. La lejanía de la visión, esa que a mí tanto me gusta.

Hoy sábado, unos a punto de llegar, otros ya allí, los imagino a todos. Los imagino pero no sé bien que hacen, aunque sí se bien qué piensan. Ellos son los que forman estos pedacitos de mi Rocío

Sí, mi Rocío, que también yo tengo en el alma una marisma.

Yo no tengo a Castilleja esperándome ni mis ojos conocen la cal de los muros de Cuatrovitas. Yo no tengo un Quema que cruzar, ni un Puente del Ajolí por mucho que me lo busque. No conozco la finca El Caoso, por muy cercana que profesionalmente la tenga, ni estuve nunca en Torrequemada. En mi casa no guardo ninguna cinta, ni verde ni blanca, que no tengo sombrero al que ponérsela. No recuerdo pisadas dejadas en las arenas, ni mis noches se vistieron nunca de estrellas en el firmamento, al calor de una candela. Mis medallas sólo saben estar ocultas bajo antifaces de penitencia, ninguna de ellas huele a mata de romero, sólo están bien perfumadas de incienso. Yo no tengo más raya que las mil que se dibujan en el tejido de mi chaqueta de verano. Ni dejo escapar lágrimas cuando veo en el horizonte la espadaña de una ermita, porque de lejos ni la veo ni la conozco. El único Palacio del que tengo noticias es del de Medinaceli, que no tiene cigüeñas, sólo palomas, que ni tan siquiera son blancas. Solo conozco una reja, aquella que me enseña una Ventana que no tengo ni que decir cual es, en la que me apoyo para pedir por todos ustedes, para que Él también os conozca. Y mi padre me dormía con sonidos de tambores, que no de tamboriles, y nunca me contó una leyenda de perros ladrando en el hueco de un reseco acebuche.

Pero sé que tengo un Rocío, mejor que el que pudieran imaginar muchos de los que se jactan de llamarse rocieros. Porque mi Rocío es como yo quiero que sea, que por eso la Virgen lo quiere y me deja. El Rocío de una conversación escuchada, un gesto descubierto, un deseo adivinado o una mirada robada a unos ojos llenos de fe.

Mi Rocío es mi Rocío. Tan mío como de ustedes, porque en realidad no es el mío, sino que es el vuestro.





Próxima entrega: 23 de mayo de 2010. Domingo de Pentecostés.

domingo, 24 de mayo de 2009

UNA JOYA ROCIERA RECUPERADA

Este blog se hace eco de la presentación de un libro, que tendrá lugar durante la semana en la que los rocieros de la capital comenzarán a partir hacia la Aldea del Rocío. En concreto el lunes 25 de mayo.

El libro en cuestión lleva por título “Crónica de la coronación de Nuestra Sra. del Rocío”. Se trata de la reedición de la obra escrita por Ignacio de Cepeda Soldán y que ahora se reedita al cumplirse los 90 años de la Coronación Canónica de la Santísima Virgen del Rocío.

En 1923 tan solo se editaron 250 ejemplares de la misma y si tienen buena vista podrán observar, en la imagen de la portada del libro que ilustra este post, como aparece la inscripción que informaba que “Este libro no se vende”. Curioso, es la primera vez que veo esto en un libro. Claro que en 1923 se trató de una autoedición realizada bajo el cuidado por parte del propio autor.

El libro describe todo el proceso seguido para la Coronación de la Virgen del Rocío, desde los primeros pasos dados por Muñoz y Pavón hasta el propio hecho del acto de la coronación, suceso acontecido el 8 de junio de 1919. Junto a todo esto, la obra se completa con una colección de fotografías de gran valor.

De la mano de Santiago Padilla, estudioso almonteño que no se cansa de aportar luz sobre la historia de la Virgen y de la Romería del Rocío, nace la introducción y prólogo de la obra. Cuenta Padilla en la misma una biografía del autor, uno de los grandes protagonistas de la Coronación de la Blanca Paloma, así como valora la obra aportando un interesante repertorio bibliográfico, de obligada consulta para poder interpretar y analizar todos sus detalles, y la participación y contribución de algunos de sus protagonistas, especialmente de la familia Cepeda Soldán.

Sea, pues, bienvenida esta obra a las librerías de los rocieros y de los que no lo somos, por su interesante aportación a un hecho histórico que marcó la siempre singular historia de la Virgen del Rocío y de todo lo que rodea a esta importante y singular fiesta.




PD.: Espero poder en unos días desearles, con unas letras y a mi manera, buen camino a tanta buena gente cercana a mí que se marcha en estos días, para llenarse de Espíritu Santo. Os lo debo. Sabéis por qué. Por cierto ¿habrá milagro este año...?

martes, 19 de mayo de 2009

PERLAS

Unos dirán que lo de este hombre solo es afan de protagonismo. Otros que era lo esperado de un personaje así. Otros no opinarán, porque callar deben.

A muchos les llamará la atención la decisión tomada. A unos hará que se le revuelvan las tripas y a otros se les dibujará una sonrisa en la cara.

Han pasado catorce años desde que este hombre dejara el bastón de mando de la ciudad. Pero no deja indiferente a nadie, cada vez que toma la palabra para cualquier cosa.

El periodista del diario El Mundo Javier Recio, bragado desde hace muchos años en la información de la política municipal, ha realizado una sabrosa entrevista -género además que el periodista domina como nadie- al que fuera Alcalde de esta ciudad, Alejandro Rojas-Marcos. Si pinchan AQUÍ accederán al enlace de la misma, pero si no la quieren leer entera, al menos lean estas perlas que me he permitido extraer.

“A mí me llamó el alcalde y me dijo: ‘Hemos pensado darle una medalla a los alcaldes democráticos’. No me habla nada de méritos personales de cada uno, me lo plantea como un paquete. Y a mí no me parece adecuado ese criterio.”

“Nos dan una medalla por haber tenido un cargo. Me imagino, entonces, que habrá que darle la medalla a todos los alcaldes que vengan detrás, incluido Monteseirín

“Nosotros no hemos inventado la democracia. Antes de la dictadura, ya hubo una democracia en España. ¿Tenemos que tener una medalla los alcaldes democráticos de ahora y no los de antes? ¿Somos nosotros más democráticos que los de antes?”

“Soledad Becerril, muy en su estilo, ha venido a decir:
‘ni sí ni no’ y ha hecho mutis por el foro. Del Valle, ‘aquí me han puesto, aquí me quedo’. Luis Uruñuela ha tenido la respuesta más inteligente: ‘yo me la merezco y la acepto’

“Eso del boato no me interesa nada. Mi madre nos decía a mis hermanos y a mí que, en cuanto a relaciones sociales, éramos unos zulús

“La actitud del alcalde en este caso no es más que el reflejo del medalleo increíble de esta ciudad. Medallas, placas, yo te la doy a ti y tú me la das a mí... ¡Es algo espectacular! Medalleo generalizado, medalleo global.

“El progreso de una ciudad o de un país está en la dialéctica que se mantiene entre el poder y el contrapoder, que son los agentes sociales (…) Pero cuando hay un maridaje entre uno y otro, eso es la decadencia, la parálisis. La expresión de ese maridaje en Sevilla se constata cuando el año pasado el Ayuntamiento da la medalla en un paquete a CC.OO., a UGT y a la CEA. ¡Esto es una locura! (…) A partir de ahí, ya no son agentes sociales, son agentes del poder y la sociedad queda bloqueada”.

“Fíjese en las fotografías que aparecen en los periódicos en los acontecimientos de la ciudad, en la Semana Santa, en la Feria... Siempre son los mismos desde hace veinte años.

“Una ciudad tiene que generar personalidades, incluyendo gente con veintitantos años, eso hay que provocarlo. Pero aquí, en lugar de generar personalidades, mantenemos personajillos

“Sevilla es hoy una ciudad decadente y vulgar. No hablo de la decadencia digna de lo antiguo, sino de la que deriva de la dejadez, de la vulgaridad, del bloqueo de las estructuras para que nada cambie”.

“Esto no tiene más solución que la agitación social de abajo a arriba”.


Juzguen ustedes mismos.


Quien me conozca sabe que comparto muchas opiniones de las que ha dicho.


Como también sabe -el que me conoce- que ni tan siquiera soy sopechoso de ser del PA.





Foto: Gentileza de Conchitina, redactora gráfica de El Mundo

domingo, 10 de mayo de 2009

TERROR vs. ESPERANZA

Se abre una esperanzadora etapa en el País Vasco. El nuevo lehendakari, Patxi López, empieza a dar muestras desde el primer momento de gobierno: promete que ETA no tendrá espacio en la comunidad.

Cierto es que la voz de los vascos ha sido la que ha hablado, quizás tímidamente, pero ha sido un paso necesario para lo que se espera que sea una convivencia más pacífica e incluso sin tantos sobresaltos por la supuesta alineación que se venía produciendo de los nacionalistas hacia otros sectores de la sociedad vasca.

El pacto PSE-PP llena Ajuria Enea de nuevos aires, entiendo y espero que más cargados de convivencia democrática dentro del estado de derecho, alejada del terror y de la constante amenaza de la autodeterminación a las bravas que se pretendía en los últimos tiempos.

Juan José Ibarretxe, tras diez años en el sillón, deja no solo la presidencia sino que presenta su acta de diputado y abandona el parlamento vasco. Quizás sea vergüenza política, quizás sea resentimiento o quizás sea que recibiera la “recomendación” por parte de la cúpula del PNV de hacer esto. Sea como sea, tómese como mi opinión personal, este indeseable señor es lo mejor que ha podido hacer.

Temo, al igual que muchos de ustedes, una respuesta de la banda terrorista en forma de atentados, como hacen siempre. El hueco en aquella bonita tierra cada vez se le va quedando más pequeño. Les comienza a faltar aire y espacio, aire y espacio robados a la convivencia en paz y que nunca fueron suyos.

Patxi López no ha tenido los aplausos de los nacionalistas en su toma de posesión. El silencio fue la respuesta de los peneuvistas, ese mismo silencio que han mantenido a lo largo de muchos años en los que el pueblo vasco lo único que sabía hacer era llorar de rabia, miedo, impotencia y tristeza. Creo que ya por fin esto se empieza a convertir en historia, en tiempos pretéritos. Los tiempos en los que los pactos de gobierno -tan criticados ahora por el PNV- se hacían con la serpiente y el hacha. En contra de esto que digo, el nuevo lehendakari sí que ha tenido otras lágrimas, en este caso de esperanza y de alegría en los ojos de personas como Maite Pagazaurtundua, que me hacen entrever el cambio que muchos vascos esperan.

Ojalá y no se equivoquen.

Ojalá y todo sea distinto a partir de ahora.

Se lo merecen. Nos lo merecemos.




PD: El enlace en el nombre del nuevo lehendakari da acceso a su web personal. Muy interesante, por cierto.

martes, 5 de mayo de 2009

¿QUÉ FIRMAMOS? ¿QUÉ PEDIMOS?

Salvo los cinco imputados en el supuesto homicidio, a todos los humanos (he dicho humanos) nos agobia la idea de no saber dónde está el cuerpo de Marta de Castillo.

Intuyo el desánimo (por llamarlo de alguna forma) de los padres, de sus familiares y de sus amigos de verdad. Intuyo la sensación de impotencia de la policía, que creo que han realizado un trabajo espectacular. Intuyo la angustia del juez, que tendrá que buscar nuevas líneas de investigación y que debe tener la sensación de que estos sinvergüenzas se están riendo no solo de él, sino de todo el sistema judicial. E intuyo la angustia política de los políticos, a los que este caso les puede pasar una factura aun sin ser utilizado por la oposición como arma arrojadiza. (Por cierto, mensajito al PP para que no utilice esto políticamente, por favor).

Todo esto lo intuyo, aunque no alcanzo a ponerme en la piel de ninguno de los actores de esta macabra historia. Ni tan siquiera en la de los cinco imputados.

La lejanía del caso me hace reflexionar sobre el porqué de este desagradable capítulo. Sin sentirme acérrimo admirador de los americanos, reconozco que algunas cosas las hacen bastante bien. Si su forma de actuar ante casos como este es idéntica a la que nos muestran en series de televisión (por ejemplo, la serie “Sin Rastro”) es evidente que las primeras 24 horas son de vital importancia para el hallazgo de una persona desaparecida o bien para encontrar las evidencias necesarias para la resolución del caso en el menor tiempo posible. Eso por no hablar de máquinas que no se estropean nunca.

Me lleva todo esto a reflexionar como decía sobre el problema, que puede que esté en el legislador o en las personas que han llegado a dictar los actuales protocolos de actuación policial que ahora parecen erróneos o al menos no lo suficientemente eficaces. Una desaparición no se considera como tal hasta que no han pasado 72 horas. Bien es cierto que, de no existir este freno, toda la policía de este país estaría cada día buscando a esos maridos aburridos y granujas que van a comprar tabaco y se corren una juerga de una noche. Pero como sigo defendiendo a las fuerzas y cuerpos de seguridad, porque creo en ellos y porque no suelen ser tontos en su trabajo, creo también que saben discriminar, en un primer análisis, qué tipo de caso se traen entre manos. Y lo de Marta, a todas luces desde el minuto uno por la actitud de sus padres, al policía más torpe no le hubiera olido bien.

Por ello, me parece respetable que se pidan firmas para la cadena perpetua por parte de los familiares y amigos de Marta del Castillo, pero quizás habría que empezar la casa por los cimientos y que la iniciativa, a partir de este caso, fuera de nuestros sesudos gobernantes y de los técnicos competentes en la materia. Se anotarían un magnífico punto a su favor, cara a la opinión pública, si admiten que el caso de Marta del Castillo debe suponer un antes y un después en todo el proceso de investigación de desaparecidos.

Es doloroso que una chica tenga que morir para algo se arregle. Pero al menos que su muerte no caiga en saco roto y no nos quede la duda que NUNCA volverá a pasar.

Que aparezca su cadáver, que sea pronto y que sirva de escarmiento para todos.


PARA TODOS.

martes, 28 de abril de 2009

BRINDEMOS

Mañana miércoles será el segundo día de Feria. Y como la virtualidad de los blogs llega a los terrenos más reales que yo jamás me hubiera podido imaginar, quiero hacerles una propuesta desde esta ventana. Una propuesta quizás un poco egocéntrica, pero alguna vez tendría yo que mirar un poco para adentro, no solo se va a hablar aquí de los demás.

A lo que vamos. Les propongo que, estén donde estén, si es en la Feria mejor, a las 3 en punto de la tarde levanten su copa y brinden por este blog, ya que mañana cumplirá sus primeros 2 años de vida. Y nació a esa hora aproximadamente, a las 3 de la tarde.

Fue efectivamente un domingo 29 de abril, domingo de Feria de 2007 para más señas. El porqué abrí este blog ya lo he explicado en numerosas ocasiones y no es cuestión ahora de repetirlo.

Por eso, quiero brindar -haciéndoles partícipes a todos ustedes- por esta bitácora, tan mía como suya. Por las muchas satisfacciones que me lleva y nos lleva dadas. Y como estoy seguro de esto que digo, por ello les invito a que levanten su copa, qué mejor sitio si puede ser que el Real de la Feria para hacerlo, y que dejen en los comentarios su brindis, para que todos disfrutemos del mismo.

Más de 34.000 visitas, las cuales hoy desde aquí agradezco una a una.

Mañana levantaré, a las 3 en punto, mi copa de manzanilla por este blog y por ustedes, que son los que lo mantienen con sus visitas y sus comentarios.

… por aquellos/as que no se atreven a escribir, pero que me mandan sus mensajes por e-mail.

… por los estudiantes de medicina que llegaron hasta aquí buscando “partes del oído”. Lamento haberos hecho perder el tiempo.

… por los que quisieron encontrar aquí la música de Cádiz y su Carnaval y sólo encontraron la crónica de los días.

… por los spams que han llegado alguna que otra vez en forma de comentario. Se nota que estoy vivo.

… por la gente de las cofradías, que quizás no entiendan cómo escribo de la Semana Santa.

… por aquellos a los que les tuve que borrar mensajes. Se habían equivocado de sitio.

… por los que me copiaron sin citar la fuente o aún citándola.

… por los que nacieron y escucharon palabras de este blog en su bautizo.

… por los que se fueron para siempre y se quedó su recuerdo en alguna entrada. Mi madre, la primera de ellos.

… por los de Cazallla que repartieron fotocopias de un post.

… por las señoras del café, sus parejas y sus hijos, que se obligan todos a leerme cuando son avisados. A todos les ha picado “el bicho” (o “la bicho”) de este blog.

… por los que me agradecieron unas torpes líneas de los muchos homenajes que se han hecho sin buscar ninguna gloria, tan solo justicia.

… por los que leen este blog en papel, porque no son amigos de los ordenadores. Son más de los que parecen.

… por aquellos a los que, sin querer, he insultado o les ha sentado mal algo de lo aquí dicho. Les envío mis disculpas.

… por una alicantina de Ibi que vive en Sevilla y trabaja en Córdoba (¡que lío!), que cada viernes tiene una cita conmigo aquí en la red.

… por los que no entendieron algún post de este blog y me malicio en pensar que lo malinterpretaron a conciencia.

… por los que sé que han llorado de alegría, de escalofrío, de emoción, pero nunca de tristeza.

… por aquellos que me dicen que me leen sin yo saber ni siquiera si conocen el mundo de los blogs.

… por la América Latina. No sabía que allí se me leía tanto.



Y por supuesto…

Por un aguador que refresca mi garganta con su agua fresca y que me envenenó hace dos años. Por una gata que anda por los tejados de mi vida. Por un general sin caballo que me enseña la ciudad más desconocida. Por un callejón lleno de huellas en sus adoquines. Por la calle Orfila que cada Miércoles Santo es puerto de un barco con un olivo. Por el barrio del Porvenir y los amigos que allí conservo. Por una dama de nombre sevillano y aromas de bonanza. Por lo natural de mi hermano el poeta. Por la Cava, la de los civiles y la de los gitanos. Por un viajero que no abandona nunca a esta ciudad. Por un veterano periodista y su voz inconfundible de retransmisión de toros y pasos. Por un cabezota que sigue sin remedio. Por el único actor que conozco. Por Herodes, que es más buena persona que el de verdad. Por un tabernero de Triana, con arte a raudales. Por mi hermana, enganchada de esto por mi culpa. Por el que nos contó la satisfacción de tener al Pregonero en su casa. Por mi cuñado, que aún casi sigue de estreno. Por el contador de cosas de la vieja Híspalis. Por Ignacio Díaz que a nadie deja indifernte. Por una Canina muy peculiar. Por tantos otros blogueros a los que enlazo y que me enlazan y que han visitado y opinado alguna vez en esta casa.

… por los que llegaron hasta aquí un día por pura casualidad y no han vuelto a entrar nunca. No saben lo que se pierden.

… por la estrella de mi suerte, a la que le robo horas de convivencia por escribir aquí.

… y ¡por mí, qué coño! Que para eso soy el amo de todo. (Esto es solo una pincelada de humor).


A todos y a los que se me olvidan pero que sé que están ahí.


GRACIAS, INFINITAS GRACIAS.


Va por ustedes.



Foto: de la web de Julio Domínguez Arjona "La Sevilla que no vemos"

viernes, 24 de abril de 2009

CARTA ABIERTA A MI CONCIUDADANA DOÑA PILAR BARDEM

Distinguida conciudadana:

Sean mis primeras líneas de sincera felicitación porque como todo el mundo sabe, desde el pasado 17 de abril, está aprobado por el Pleno del Excmo. Ayuntamiento, la rotulación de una calle de nuestra ciudad con su nombre. Créame si le digo que me alegro mucho por usted y por este hecho.

Esto ha servido para que, entre otras cosas, tipas y tipos medio analfabetas y analfabetos como yo nos enteremos que usted nació en Sevilla. Era un extremo que desconocía, quizás porque las muchas veces que usted nombra a esta ciudad en sus intervenciones públicas -todas como bien sabemos de un remarcadísimo carácter cultural- o quizás las innumerables veces que la visita, yo no estuviera atento a lo importante de verdad, a la más rabiosa actualidad y me perdiera en otros asuntos que no tienen importancia. Dicho esto, ruego aprovechando estas líneas para que disculpe mi despiste.

Me ha parecido muy apropiado el cambio en la calle General Merry, sobre todo después de haber escuchado las explicaciones del Excmo. Sr. D. Antonio Rodrigo Torrijos, en las que fundamentaba este cambio por el oscuro pasado de quien fue Francisco Merry Ponce de León. Así se lo escuché al Excmo. Sr. Rodrigo Torrijos en la televisión hace unos días y así lo creí a pie juntillas, como no podía ser de otra forma.

Gracias a esta aclaración del excelso edil, pude salir de otra de mis ignorancias -son tantas…- , ya que creía que el “General Merry” al que homenajeaba la calle se refería a Pedro Merry Gordon, capitán general de Sevilla en la transición; como así tengo la referencia que lo mismo le sucedió al Excmo. Sr. Rodrigo Torrijos. Claro que su sapiencia, su clarividencia y sus conocimientos -de los que estoy a tantos años luz- le hicieron rectificar en muy poco tiempo y así nos pudo brindar, una vez más, una magistral clase de historia, tan necesaria en personas de escasos conocimientos históricos o culturales de esta ciudad como yo. ¡Somos tantas y tantos y tanto le debemos…!

Porque, querida conciudadana, sepa que hay mucha maliciosa y mucho malicioso suelto por esta ciudad, que no ven en el perfil del General Merry lo mucho malo y perverso que ha aportado a nuestra querida y pluralista ciudad de Sevilla. Según he podido conocer a través de diversas páginas de internet, este señor fue un general, allá por la segunda mitad del siglo XIX, que nació en 1872 y murió en 1971, a los 99 años. Fue militar de Caballería y participó como combatiente en la guerra de la independencia de Cuba, donde fue ayudante del General Weyler. Llegó a general y tuvo su destino en Jerez de la Frontera. Y cuando estalló la Guerra Civil española era ya mayor, estaba retirado y según dicen sus más acérrimas y acérrimos allegados, era agradabilísimo, conocidísimo y muy querido en Sevilla y sólo se ponía el uniforme de general retirado de Caballería -con botas altas, casco y plumas- para asistir a las bodas como testigo. Como comprenderá, estos son extremos que tengo que poner en tela de juicio tras conocer que el Excmo. Sr. Rodrigo Torrijos sabe, a ciencia cierta, que ya de anciano conspiró activamente para provocar y participar en la Guerra Civil.

¡Por Dios -con perdón- es injusto que tuviera alguien así una calle en esta ciudad, la ciudad del futuro, la ciudad de la pluralidad, la ciudad de las personas, la ciudad que rinde tributo a la Memoria Histórica de forma ecuánime!

Por tanto, bienvenida sea usted al callejero de la ciudad, ciudad que me consta siempre ha llevado en el fondo de su corazón. No me cabe la menor duda que en la ya cercana Feria de Abril volverá usted por esta tierra a la que ama sin tapujos, querida conciudadana, y vestirá su traje de faralaes para pasear por el Real de la Feria junto con sus conciudadanas y conciudadanos. Desconozco ese dato, pero estoy seguro que incluso tiene caseta propia, que tendrá abierta a todas y todos los que queramos entrar.

No quiero terminar esta carta sin destacar su ingenio, ángel, gracia, sal y donaire por la expresión manifestada al serle comunicada la noticia de la rotulación de una calle -más que calle ¡una gran avenida!- de esta nuestra queridísima ciudad: “En algún sitio hay que nacer...”. Yo es que me troncho con su fino ingenio, único solo en aquellas y aquellos que pueden presumir de sentirse sevillanas y sevillanos de verdad, como le pasa a usted, mi querida conciudadana.

Reciba un cordial saludo de este su conciudadano, desde ahora uno de sus más fieles seguidores y admiradores.




PD.: Le dejo aquí un enlace de la Wikipedia, en concreto de la página donde aparecen personas que, como usted querida conciudadana, han nacido en esta ciudad. Como verá hay muchos que aún no tienen una calle pero, desde mi ignorancia supina, pienso que sin duda no serán como usted, querida conciudadana, y no habrán hecho nada por esta ciudad. Consúltela, es muy interesante.

Enlace: SEVILLANOS EN LA WIKIPEDIA

domingo, 19 de abril de 2009

UN ABURRIDO FIN DE SEMANA

Ustedes conocerán al igual que yo, a personas que tapan y ocultan su edad. Tanto señoras como señores que no dicen su fecha real de nacimiento ni al médico; que evitan enseñar su carné de identidad por aquello que se sepa el año de nacimiento y que si pudieran, en los impresos de este documento, mentirían a conciencia por restarse años. Sé del caso de una señora -verídico, como diría Gandía- que no ha ido nunca a votar por temor a que la presidencia de su mesa electoral tuviera la curiosidad de volver el documento y ver realmente en el año que nació.

Me parece absurdo y fuera de lugar, porque los años vividos son simplemente eso, años vividos: con mayor o menor suerte, siendo más o menos felices, teniendo más o menos, siendo más o menos querido o habiendo amado más o menos. Pero al fin y al cabo la vida de uno mismo precisa de la dignidad de llevarla dignamente (valga la redundancia) y aquel que reniega de su vida, de alguna forma está renegando de él mismo.

La edad del cané de identidad no deja de ser un dato. Hay “viejos” nacidos en 1980 así como “jóvenes” que incluso vivieron la Segunda Guerra Mundial. Se trata más del espíritu con el que se sobrelleva esa fecha. Vamos, que se trata más de cómo nos sintamos y cómo actuemos, locuras aparte, y por supuesto lo que transmitamos a los demás.

No he tenido ocasión nunca de celebrar mi cumpleaños con una fiesta. No por nada especial, sino tan solo porque no se ha propiciado la ocasión. No duden que una persona como yo -quienes me conocen saben que me gustan las cosas bien organizadas y pensadas con tiempo- lo tiene en la cabeza. Y hoy, sin que venga a cuento de nada, les voy a contar lo que me gustaría hacer, llegado el momento en que me planteara hacer algo que rozara la perfección. Sí, soy un pretensioso, pero así me parieron y así voy a seguir siendo.

Para empezar, me buscaría un lugar en el que no molestara a los vecinos. Incluso sopesaría la idea de que hacerlo fuera de Sevilla, en alguna aldea donde todo fuera más rural, donde por ejemplo las calles no estuvieran ni asfaltadas. Una casa bien grande, que como no la tengo tendría que perdirla prestada a alguien, que ejerciera de anfitrión de lujo a mi lado. Con esto salvaríamos el primer escollo de las molestias a los vecinos. Que mis amigos tuvieran la posibilidad de dormir en ella o en hoteles cercanos, por evitar que cogieran el coche con una copa de más.

Mi cumpleaños duraría todo un día: empezaría a mediodía y acabaría por la noche. Les ofrecería a mis invitados un almuerzo en pie, a base de viandas sencillas para no equivocarme en los gustos. Comida que a todo el mundo en general le gustara: tortillas de patatas, ensaladilla, papas aliñás, queso, jamón, etc. Y botellines de cerveza para evitar los vasos, aunque no dejaría atrás el cristal de los catavinos para los que les gusta la manzanilla. También introduciría un plato fuerte que llenara los estómagos, como por ejemplo unos garbanzos. Y para terminar algo dulce pero a la vez sencillo. ¿Unas fresas naturales con leche condensada, por ejemplo? A partir de este momento, serviría copas largas… hasta que el cuerpo aguante.

Intentaría llevar a mi cumpleaños a gente que supiera cantar, tocar la guitarra, la caja e incluso el aro. Y dejaría que la fiesta discurriera por si sola. De todos modos no estaría nada mal tener a alguien pinchando música. Música de esa de la que todos nos acordamos, aquella música que escuchábamos de jóvenes en las fiestas del Instituto San Isioro. Y sevillanas antiguas de los Marismeños, nada de tragedias de Ecos del Rocío. Esa música que es siempre así de buena. Y ya puestos pues añadiría un micrófono, por si alguien de mis invitados se atreve a cantar. Evitaría montar un escenario, y si alguien quiere tener su momento que se suba en una silla o lo haga en medio de los demás.

Como mis amigos serían generosos conmigo, montaría en una habitación de esa supuesta casa una exposición con todos los regalos que me fueran haciendo. No crean que esto sería para presumir de ellos, sino para materializar de alguna forma el cariño que mis amigos me tienen.

Ni que decir tiene que mis amigos vendrían con sus hijos: toda la casa llena de niños, que suelen ser la alegría de estas cosas. No soy de aquellos que se sienten molestos por la presencia de los niños, siempre que sean niños -o jovencitos- y que actúen como tales. Claro que encontrar a un “personal menudo” a los que les guste cantar y bailar como a los mayores es bien difícil. Ya no creo que hoy día existan niños y jóvenes que canten sevillanas y que se saquen a bailar entre ellos mismos o que provoquen a sus padres a eso. Esto si que es una utopía.

También me gustaría que mirara a donde mirara siempre viera la sonrisa de mis invitados, e incluso descubriera la faceta divertida de alguno de mis amigos que se hubiera excedido con la manzanilla. Ojo, que he dicho divertida, nunca malage. E incluso la complicidad de la mirada de su más allegada conmigo… y con eso reirme más. Y si hace falta o llega el momento, hasta que bailara con mi mujer, si ella se deja, claro.

Pero sobre todo que todo el mundo hiciera lo que quisiera: que los “jartibles” de cofradías hablaran de Semana Santa sin ser la época; que los rocieros entraran en discusiones sobre cosas del camino; y que a aquellos que no quisieran bailar o cantar -como me pasa a mí en saraos de este tipo- se les respetara y no se les obligara a nada de esto.

En líneas generales esto es lo que me gustaría hacer si un día me decido celebrar mi cumpleaños. Aunque ahora, releyendo estas líneas, creo que es imposible. Es imposible porque todo no puede salir bien a la vez.

Sin duda, como comprenderán, estas líneas han sido solo por escribir algo hoy domingo y actualizar mi blog. Me ha dado “la neura” de inventarme todo esto. Hay algunas veces en las que uno está cansado de un fin de semana en el que ni tan siquiera ha salido de casa y en el que no ha hecho nada especial, pero la obligación de actualizar esta página es la que manda.

Espero no haberles aburrido mucho con todo esto, que no se de donde ha salido.

Habrá sido fruto de mi imaginación.



O no.




martes, 14 de abril de 2009

NO OFENDE QUIEN QUIERE

Albert Riba es el portavoz de la UAL, o lo que es lo mismo, la Unión de Ateos y Librepensadores. Sería muy fácil comenzar este post diciendo que tiene toda la cara de un sayón (con gafas) de Castillo Lastrucci, pero el hombre no creo que ni llegue a eso. Este señor es el que nos quiere meter en la ciudad los llamados autobuses ateos, aquellos que cuelgan un mensaje que dice “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”. Pues muy bien. Adelante con los faroles.

Tras el primer rechazo natural que me produjo la idea, la he ido madurando y cabrearme o tan siquiera preocuparme me parece lo más estúpido que puedo hacer en mi vida. Y me explico.

Por un lado, estamos llamando “el autobús ateo” a un vehículo que habitualmente lleva publicidad de alguna marca o producto. Por esa misma regla de tres, a aquellos autobuses que publiciten una clínica dental ¿cómo hemos de llamarlos? ¿el autobús de los dentistas? ¿o quizás el autobús odontológico? Como verán, el argumento se cae solito. Un autobús no puede ser ni ateo ni creyente. Lo podrán ser las personas que van en su interior. Y les aseguro que si me tengo que subir en alguno con ese mensaje lo haré sin reparos. Hasta ahí podíamos llegar.

De otro lado, la inversión de este grupo va a ser de entre 1.000 y 3.000 euros. Tentado estoy de llamar a un colega de profesión que tengo en Clear Channel, la concesionaria de la publicidad de Tussam, para que me aclare cuánto tiempo durará y en cuántos autobuses veremos la frasecita de marras, pero con esa inversión no creo que minen la ciudad con su mensaje durante mucho tiempo. Una asidua lectora de este blog, que trabaja en una importante agencia de publicidad, puede corroborar este extremo: 1.000 o 3.000 euros para una campaña de publicidad es pura “chuchería”.

Asimismo, en el contrato que Clear Channel mantiene con la empresa municipal se establece que la misma debe tener “un fin mercantil o comercial” y visto lo visto se trata de difundir una idea, nada por tanto que se pueda adquirir a través de una transacción mercantil. Espero que este extremo lo contemple el susodicho Sr. Riba. ¿A qué no había pensado en eso el sayón de Castillo?

Y por último, hay que reconocer que la idea no es nueva, ya que la inexistencia de Dios es algo que tenemos a nuestro lado, en la calle y en el día a día. No por ello, al menos yo y muchos de los que conozco, vamos a perder dosis de fe o nos vamos a volver ateos. Los que lo tenemos claro, lo tenemos claro. Además, con lo cercano que está lo que hemos dejado atrás, baste decir que los creyentes no ponemos autobuses en la calle. Sólo ponemos barcos…

Por eso, a los autobuses de Tussam le pueden poner lo que quieran. Lo leeré y le prestaré atención o no. Si se trata de una feria gastronómica que se celebra en Fibes, no les quepa la menor duda que lo leeré con atención en los semáforos, sobre todo si hay degustaciones gratuitas de productos serranos. Si lo publicitado es un gimnasio para conseguir músculos todopoderosos (esta tarde he visto uno así) pues lo cierto es que me fijaré poco.

Y cuando vea “el autobús ateo” circulando por la calle, por supuesto que también lo leeré con atención: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”

Aunque “probablemente” que al ir conduciendo, no lo lea del todo bien: “Rotundamente Dios existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida”




PD.: Pensándolo bien, “probablemente” una suscripción popular… un eurito por barba… mil personas o más… una fotito… alguna frasecita con guasa… “Pero como Tú ninguna” en el C1… “Reina, Madre y Capitana” en el C2… No me digan que “probablemente” no lo han pensado como yo. Y no me mientan, guasones, que Dios existe…





domingo, 12 de abril de 2009

VÍSPERAS DE CORAZÓN

Quiero seguir soñando con el respiradero de la Amargura, tan cerca de nosotros y con tan poco público; con la Estrella revirando en Rioja; con los saludos del primer día; con la juventud incipiente de Alberto y sus ganas de cofradías; con la calma de los años de Tote y sus ocurrencias; con mi nazareno guapetón de la Borriquita; con los penitentes del Amor.

Quiero seguir soñando con Triana por la Avenida, en un valiente izquierdo por delante de Caifás; con la bocina de la calle Santiago; con el acompañamiento del preste de Santa Marta, niños que vemos crecer, fijador en el pelo y granos en la cara; con el diputado de penitentes, que lo hace todo bien, hasta guisar una merluza que sabe a gloria bendita; con la mirada del Señor de las Penas; con los seráficos de la Vera+Cruz; con las chicotás del Polígono; con madre coraje y el pasaje del niño perdido.

Quiero seguir soñando con mis cruces, que de algún modo son las vuestras porque me ayudáis a llevarlas con dignidad.

Quiero seguir soñando con la valentía de los guardabrisas de San Bernardo; con la torería del Arenal, hecha hermandad de barrio en la Avenida, que por algo se saluda con garbo a los amigos sin perder la clase mamada en los años; con el olivo que se mece al aire (¡qué importa la hora!); con las monjitas reporteras (sí, reporteras y no reposteras);

Quiero seguir soñando con la mujer que enamoró a un Rey y me enamora cada año; con el jarabe que alivia la congestión nasal; con las primeras plumas de la Resolana a las cinco de la tarde; con la copa larga (lo cortés no quita lo valiente); con los Cuesta, que han vuelto y ya son más; con la mantilla del futuro; con el Paracetamol redondo o alargado.

Quiero seguir soñando con Roma, con Claudia, con Poncio, con el del periódico, con Juanita Reina y con mi padre; con el fiscal del Señor; con el capataz del Silencio; con una bolsa de Hello Kitty; con la maleta que llevaré muy lejos para el avituallamiento (tuya será, Mercedes… ¿hay manos mejores?); con los ojos de la Esperanza a la que no vi pero imaginé en otros ojos nerviosos por absurdas avalanchas…

Quiero soñar con el nombre redondo y con la joroba del Hijo de Dios; con las tapas que me tomaré en el Club de Pesca cuando llegue el momento de calores; con un trono de oro y los aviadores que la custodian; con las piedras que sostienen las manos del mundo; con la hechura alta de su capataz, que me riñe cuando hablo de las mujeres; con unos boquerones de solera; con un hijo que casi descubre a su madre comiendo; con el esfuerzo sobrehumano de una nazarena de celeste vestida hoy de raso morado (¡que buena casta tiene la niña!); con una novia que acompaña a un costalero y le espera en los relevos; con un abrigo que me queda grande (ande yo caliente…); con la luz de El en la oscuridad de la calle; con una hamburguesa que jamás llegó.

Quiero seguir soñando con poder hacer con lo mío como lo han hecho en los Servitas: pensado y repensado, así les sale de bien; con la voz queda ante lo más rancio de esta ciudad; con la pandilla de niños que nos toman el relevo; con las nuevas nueras; con la luz en los ojos de mi mujer al ver a la Soledad; con el balcón de Toni, que se la acercó como nunca; con acertar y seguir a mi primer impulso (si hubiera ido al Museíto como pensé…);

Quiero seguir soñando con saber que están ahí, al otro lado del teléfono, y que a pesar de ser sólo una semana al año, nos quieren tanto como nosotros los queremos a ellos.

Estas torpes letras son para ellos. Escribo con prisas este final, porque por el teléfono me apremian.

Un post sin foto que lo adorne. No me dan más tiempo, me escriben mensajes. Me agobian. ¡Espera, coño!

Es verdad, están ahí, al otro lado de la red. Tan lejos y tan cerca. ¡Que felices somos en mi casa!

Ellos saben quienes son. Sin decir sus nombres ¿hace falta? Les juro que El de la Ventana los conoce. Le hablo mucho de ellos.



Nos vemos, quizás antes de lo previsto en las agendas y en un lugar tan impropio de nosotros como la Marisma… ¡Milagro de la Virgen!

Pensad que esto se ha ido, pero en nuestros corazones ya está cerca. Es lo que nos une. Simplemente porque creemos, sin necesidad de ver, aunque nos guste mucho lo que vemos.

Prepara los fiambres para los bocadillos, como antes. Y la bandeja de plata llénala de medallas, cordones negros y verdes y morados. Y viste tu salón, nuestra casa, de cuaresma. Compra algo dulce, que las galletas María no me hacen mucha gracia.



Ya es víspera.



La cita, el 28 de marzo de 2010. Domingo de Ramos.




Ya queda nada.

jueves, 2 de abril de 2009

AQUEL, AQUELLA

En poco más de unas horas, el sol de la primavera de una ciudad que vuelve a reinventarse, proyectará sobre el negro asfalto o sobre la pureza blanca de una pared encalada, la espigada sombra de un nazareno. Comienza entonces, al contemplar el andar presuroso de la primera de estas figuras que tanto nos dice, la fiesta de los sentidos.

El nazareno, tras Él y Ella, es el protagonista de esta fiesta de la fe. No lo será ni la música ni las flores; ni el incienso ni el azahar; ni las torrijas de La Campana ni las mediasnoches de Ochoa; ni las sillas ni los palcos; ni la calleja oscura ni la ancha avenida. Ni tan siquiera los costaleros y los capataces.

El nazareno. El más desconocido de los conocidos.

Aquel que, desde una Cruz de Guía va marcando un camino que cada año parece distinto, siendo idéntico en los lugares aunque nunca igual en los sentidos.

Aquel que, con su cirio al cuadril, alumbra la noche de una ciudad que guarda durante siete días en un duermevela de ensueño, viviendo la mejor pesadilla que nunca pudo soñar.

Aquel que, con insignia o vara, nos muestra la mejor artesanía de la ciudad, que en pleno siglo de las tecnologías aún sigue cincelando, bordando y dorando las manos del hombre.

Aquel que renuncia a las imágenes de sus devociones, a las que ansía ver cada año en la calle y de las que solo acierta a adivinarlas en las pupilas de aquellos que le hacen camino al andar.

Aquel que quiere imitar los pasos de Aquel al que sigue, cargando con una liviana cruz.

Aquel que, desde la soledad del tramo, no logra ni tan siquiera adivinar los sonidos de su pasocristo o su pasopalio.

Aquel que hace posible todo esto.

Porque ¿qué serían las cofradías sin nazarenos?

Veremos al primer nazareno y sabremos que ya todo es imparable. Que ha llegado el momento del júbilo, de la dicha desmedida, del llanto y la sonrisa, del sonido, del olor, de la oración y la promesa y de tantas y tantas cosas...

Por eso son estas líneas, las últimas antes de la gran fiesta, las que dedico… ¿al nazareno?

No.

Prefiero mirar unas horas atrás. Porque para ser y sentirse nazareno en Sevilla es preciso un milagro: el de las manos de una madre, de una esposa, de una mujer.

Aquella que ha guardado los imperdibles de un año a otro para recoger una cola.


Aquella que ha planchado la interminable capa y ha pegado escudo y botones.


Aquella que descose y cose dobladillos y mangas según le marcan las hojas del calendario de la vida.


Aquella que contempla desde el balcón la marcha del hijo de la mano del padre o del abuelo, camino de la Iglesia.


Aquella que, por voluntad propia, desconoce qué se siente bajo el antifaz de sarga, de ruan, de lana de merino o de raso.


Aquella que se esmera en el frugal almuerzo del gran día, que prepara la cena para el cansancio de la noche.


Aquella que vigila, sin ser vista, de entre la bulla la penitencia de los hombres de su casa.


Aquella que, generación tras generación, va tomando y pasando el testigo de este dulce rito de vestir al nazareno.


A ellas, porque así lo aprendí, así lo vivo y así lo transmitiré.

Y porque sí.

Las que de verdad hacen que esta ciudad se reinvente cada año. Las que nos hacen ser y sentirnos nazarenos de Sevilla, por la gracia de un solo Dios.

Ahora sí, ya ha comenzado la fiesta. La fiesta de todos. Muestren su felicidad como saben, incluso dejando escapar el llanto... ¿Habrá mejor Pregón de la Semana Santa que oir decir que ya lo que se quiere es llorar? Por lo que más quieran -nunca mejor dicho- sean felices y hágannos felices a los que estamos a su alrededor…

…y conscientes de que, un año más, sus manos han modelado el milagro: esta locura que llamamos Semana Santa.

Va por ustedes, señoras.

Feliz Semana Santa





PD. 1: Aviso para navegantes. Tras escribir estas líneas, no quiero que nadie se llame a engaño. Quien me conoce sabe que he defendido -y defenderé- a la mujer en la Hermandad y en la Cofradía, participando como parte activa de la misma vistiendo la túnica nazarena. Que nadie, por tanto, malinterprete el contenido de este texto.

PD. 2: Al igual que el año pasado, aquí se cierra este blog hasta como mínimo el Domingo de Resurrección. Lo siento, pero es que esta semana que entra tengo muchas cosas que hacer…


jueves, 26 de marzo de 2009

HENARES: ¡A LOS CABLES!

Quiero hoy dedicarle desde esta humilde bitácora, unas líneas a Enrique Henares, que en algo más de 48 horas tendrá que enfrentarse a un toro con cuernos afilados (con perdón del respetable).

He seguido sus intervenciones en los medios de comunicación e incluso he tenido, junto con un grupo de amigos, un encuentro con él, en el que hablamos de muchas cosas, pero fundamentalmente sobre capataces y costaleros. Por ello, titulo esta entrada, para hacerla más actual, no con un ¡Al cielo con Ella! sino más bien con este otro que, dada la polémica de las catenarias del Metrocentro, encaja hasta mejor.

Pero a lo que vamos, a Enrique Henares, al Pregonero con mayúscula.

De la noche en la que compartimos mesa y mantel, hubo un par de respuestas a un par de preguntas que se me ha quedaron grabadas. Alguien le dijo “¿hermanos costaleros o costaleros profesionales?” y él respondió “Costaleros”. Otro preguntó por “devoción” y él contestó que sí, pero que además “afición”.

Estas respuestas me han hecho reflexionar mucho y casi le he encontrado sentido (no lógica) a muchas cosas, e incluso a muchos sinsentidos. Ya habrá tiempo de seguir pensando en ello.

Pero Henares, en contra de lo que pueda parecer, no se queda sólo en el mundo del costal. Me han llamado la atención respuestas que ha dado y que he leído en torno a las ya mencionadas catenarias, la tradicional polémica surgida (un año más) con la Hermandad de la Resurrección o solapadamente lanzar un dardo al pintor que quiso cobrar por la realización del cartel del Semana Santa. Henares, contra quienes piensan que esto va a ser un pregón para la gente del costal, creo que domina todos los palos. Y al decir palo no me refiero a la trabajadera, que también me consta que la domina.

De todo lo visto y oído, se lleva la palma la siguiente respuesta dejada en el encuentro digital en el que intervino en Diario de Sevilla, concretamente el pasado martes. Aún lo pueden leer en el digital de ese medio. Aquí dejo pregunta y respuesta transcritas literalmente, ya saben, el socorrido copiar y pegar:

Fernando Pérez: Enrique buenos días solo desearte la mayor de las suertes en este día, supongo que ya sabes el cariño y el aprecio y teniendo por seguro que tu pregón no pasará desapercibido, te traslado esta pregunta. ¿Qué no has dicho en el pregón y te hubiese gustado decir?. Un abrazo de corazón

Pues no he dicho en el pregón alguna que otra cosa que creo que molestaría a la Semana Santa oficial, y fundamentalmente que entiendo que en nuestras corporaciones ha habido un bajón intelectual y de clase y que es preciso recuperar lo perdido.

Menos paso quiero. Tela del telón, que cada uno opine lo que entienda que debe opinar o que calle lo que deba de callar.

Por todo esto y por más que no cuento, que se haría muy largo, creo que este hombre se va a mojar el domingo. Ojalá no me equivoque.

Hoy, desde aquí, quiero decirle a Enrique que recuerde la promesa hecha, aquella en la que me comprometí que el primer aplauso que premie su voluntad pregonera se lo enviaré a su familia. Sus hijos y su mujer también se lo merecen. Y por supuesto desearle toda la suerte del mundo, aunque sé que la suerte es para los que no saben de algo.

Por tanto, Enrique Henares no la va a necesitar. Le basta con su palabra.

Que ya es mucho.




Que Dios te bendiga, Pregonero.



P.D. para su hijo: Quique, creo que esto se lo debía a tu padre, aunque también me apetecía mucho escribirlo. Ya tendremos tiempo de comentar. Enhorabuena anticipada por la parte que te corresponde.



Foto: Gentileza de “El Correo de Andalucía”

viernes, 20 de marzo de 2009

VAMOS A CONTAR MENTIRAS

Cuando el ex alcalde de Jerez de la Frontera Pedro Pacheco dijo aquello de que “la justicia es un cachondeo”, estaba realmente equivocado. Faltó el respeto a una institución como es el Poder Judicial y le costó caro aquella afirmación, como todos ustedes recordarán.

Lo cierto es que a día de hoy yo me atrevería a manifestar una frase casi parecida, a razón de lo visto y oído durante la semana: a la Justicia se le toma a cachondeo. No creo que por esto que digo ningún juez me procese. Y si es así, ya llamaré a un abogado.

Miguel Carcaño, presunto asesino de Marta del Castillo y todo el resto de compinches de la trama, se han tomado a la Justicia a cachondeo, a puro cachondeo como diría mi amiga Carmen Martín. Una cosa es que, ante las evidencias, el inculpado trate de defenderse dentro del marco del estado de derecho en el que vivimos, a fuerza de argumentos que puedan ser eximentes como la locura momentánea o los estupefacientes ingeridos con anterioridad y otra bien distinta son los cambios tan radicales en las declaraciones que se han producido en torno a este luctuoso suceso. Estos niñatos se toman la justicia a cachondeo y lo que es peor, la vida y los sentimientos de las personas.

He de reconocer que, en todo este proceso que he seguido con cierta inquietud, hubo un momento en el que llegué a pensar de Carcaño que era un pobre muchacho que había tenido una infancia difícil y nada feliz. Pero ahora, a decir verdad, me importa una mierda lo que le pudiera haber pasado en su infancia y lo único que espero es que nunca vea la luz del sol con la libertad que yo la veo. Porque se ha reído no solo de los que están más cerca de Marta y de su familia, sino de todos nosotros.

Hoy me viene en gana solicitar la firma de todos los ciudadanos/as para pedir que se realicen los cambios precisos en las leyes no para la instauración de la cadena perpetua, sino para que aquel que mienta de una manera tan soberana y grotesca ante la policía o ante un juez pague también por ello. Igual que creo que deberían de pagar por los gastos ocasionados en la búsqueda del cuerpo en el río, traduciendo euros por tiempo de privación de libertad. Porque a la policía científica, los buzos de la Guardia Civil, los operarios de Protección Civil, los técnicos del Puerto y a todos aquellos que se han jugado la vida durante tanto tiempo en las sucias aguas del río poca gracia le ha tenido que hacer este cambio tan radical en la investigación. Eso por no hablar como siempre de la familia, que sigue sufriendo sin poder cerrar definitivamente el caso y enterrar el cuerpo de Marta.

Qué quieren que les diga, pero ahora tampoco me creo la versión del contenedor. Entre otras cosas porque en la esquina de las calles Jorge de Montemayor y Leon XIII donde están situados esos contenedores hay un bar que he frecuentado alguna que otra vez (magníficos montaditos de filetitos de lomo y jamón de Jabugo de primera calidad) y que habitualmente tiene veladores en la puerta. Y porque la calle León XIII no es precisamente una calle abandonada y poco iluminada. Y porque el operario de Lipasam que volcó el contenedor hubiera descubierto el cuerpo. Y porque sacar un cuerpo y trasladarlo en bolsas de basura no es tarea que parezca fácil. Y porque los balcones y las ventanas de la calle no estarían todos cerrados a un mismo tiempo. Y porque la calle suele tener mucha circulación y sobre todo ese cruce, que viene de la calle Manzana junto al Hospital Virgen Macarena. Y por muchas otras cosas más. Pero sobre todo porque estos niñatos de mierda son unos embusteros como la copa de un pino y ni tienen vergüenza ni la han tenido nunca.

Voy a ver cómo lo digo para que no me salpique nada, pero -ojalá me equivoque- el cuerpo de la pobre Marta no va a aparecer nunca. Por más que el Gobierno -sobresaliente para Rubalcaba, López Garzón y Valdés- se empeñe en poner todos los medios que sean necesarios para su hallazgo. Pero después de saber que la mamá y la niña de Camas han ocultado la verdad durante tanto tiempo y se han paseado por las televisiones para sacar su minuto de gloria, mis pensamientos -malos pensamientos- se dirigen hacia toda esa familia, también hacia el marido y padre de estas dos mendas lerendas, alguien al que no le hemos visto la cara todavía…

Me he solidarizado desde este blog a partir del primer día con el dolor de la familia de Marta del Castillo. Y a día de hoy sigo estando con ellos quizás para siempre. Pero la distancia me hace ver las cosas, quizás, con una perspectiva distinta a la de ellos. La misma perspectiva que tienen seguro muchos de ustedes. Mucho me temo que Marta, nuestra Marta del Castillo, es hoy por hoy, sólo un recuerdo.




Un recuerdo que se me antoja traducir en cenizas.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Y TODO POR UNA FOTO

Hoy hace 5 años de la mañana en la cual la muerte se paseó blandiendo su afilada guadaña por las vías del tren de la Capital de España. El día en el que Al Qaeda cobro su venganza anunciada por Osama Bin Laden, por nuestra participación (no colectiva, sino por la decisión de unos pocos) en la ofensiva conjunta con Estados Unidos y el Reino Unido en Afganistán e Irak.

Se trató del mayor atentado cometido en nuestro suelo hasta la fecha, con 10 explosiones casi simultáneas en cuatro trenes a la hora punta de la mañana (entre las 07.36 y las 07.40). Más tarde, tras un intento de desactivación, la policía detonó de forma controlada, dos artefactos que no habían estallado, así como desactivó un tercero que permitió, gracias a su contenido, iniciar las primeras pesquisas que conducirían a la identificación de los autores.

Fallecieron 191 personas, y 1.858 ciudadanos resultaron heridos, algunos con lesiones irreversibles hasta la fecha.

Los ataques se produjeron dos años y medio (911 días) después de los atentados del 11 de septiembre (9/11). Este hecho ha sido señalado por algunos como indicador de la responsabilidad yihadista, algo que a nuestros sesudos gobernantes del momento ni se les pasó por la cabeza.

Junto a todo esto, también fue el día del engaño colectivo, en el que un gobierno quiso secuestrar la verdad. Quizás sea el único día de mi vida en el que le presté atención y seriedad a unas palabras de Arnaldo Otegui, a muy temprana hora aún, cuando comenzaba a desmarcar (o a desmarcarse) de la autoría de ETA en el atentado. A todas luces, para muchos de los que contemplábamos la escena de lejos, vimos que aquello era mucho arroz para tan poco pollo, en relación a la posible autoría de ETA. Aunque también se nos pasó por la cabeza que se les hubiera ido un poco la mano. Y digo "se nos pasó", porque el 11-M tuve que hacer algo que nunca en mi vida profesional, hasta ese momento, había hecho: suspender una rueda de prensa-desayuno de trabajo por falta de periodistas asistentes. Y les digo que los ponentes eran los números 1 y 2 por Sevilla en la lista del Congreso de los Diputados del entonces primer partido de la oposición, para las elecciones del domingo. En lugar de la comparecencia, tomamos el desayuno -que no perdonamos- e hicimos un somero análisis de lo sucedido. Todos coincidimos: aquello no era obra de los terroristas vascos.

Si recuerdan, el ambiente en ese día y los posteriores hasta el domingo 14, domingo de elecciones, se le complicó al Gobierno de forma estrepitosa. La cadena SER, a la que estuve enganchado tdo el fin de semana, se adelantaba a las versiones oficiales del Ministro Acebes (no preguntemos cómo ni por qué), y poco a poco comenzaron a oírse advertencias del engaño al que estábamos sometidos. Porque de hecho el Ministerio del Interior hasta la misma tarde-noche del sábado 13, no comenzó a reconocer la participación y autoría islamista en los hechos, si bien la furgoneta con la cinta de audio con versículos del Corán se encontró en la misma mañana del jueves. Inexplicable. Tal como dice un simpático presentador de televisión, aquello era todo "muy desconcertante".

Creo que el 11-M dejó, a costa de una ristra de muertos y heidos de por vida, una lección a todos los políticos que no olvidarán nunca: la gente no es tonta y no se les engaña con tanta facilidad. La coyuntura era muy difícil, con un atentado a tan sólo dos días de unas elecciones generales. Y la postura del partido del Gobierno, el Partido Popular, era quizás la más difícil de todas: si mentían, la verdad les podía estallar en la cara, como así fue; y si decían la verdad, perdían las elecciones por el rechazo generalizado que se había producido en el país a nuestra participación en la guerra y la lógica deducción de que el atentado era la factura que había que pagar por la foto de las Azores.

Tampoco fueron de recibo aquellas manifestaciones "espontáneas" a las puertas de muchas sedes del PP. Como tampoco el vilipendio al que se vieron sometidos algunos miltantes de base de este partido, entre los que tengo a buenos amigos. A uno de ellos, en una casa de hermandad le llamaron "asesino" en su cara.

Mentir, como hizo el PP, no fue nunca bueno y menos a la opinión pública. Y reaccionar de manera violenta frente a la violencia tampoco. El terrorismo es siempre malo, venga de donde venga, lo practique quien lo practique: el norte o el oriente.

Ahora, al cabo de cinco años, me quedo con dos frases de aquellos días. La pronunciada por el entonces líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, que decía: "Creo que la inmensa mayoría de la sociedad lo que está es con las víctimas, con las familias y en contra de cualquier tipo de terrorismo" y la del entonces vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato: "Contra el terrorismo. El terrorismo es todo igual". Mismo mensaje para dos conceptos completamente distintos de hacer política.



Claro que ninguno de los dos salía en la foto.



miércoles, 25 de febrero de 2009

LA PRIMERA EN LA CAMPANA

Contempló como sobre sus apuntes de Química habían caído unas minúsculas partículas grises y por un momento pensó que aquel examen le estaba trastocando más de lo que podía suponer. Sobre el escritorio de su habitación, cuando acababa el reloj de marcar la una y media de la madrugada, apoyados los codos haciendo sostén de su cabeza, repasaba una vez más aquella formulación que tanto se le atragantaba para el examen de mañana y en el que se jugaba relativa y cierta tranquilidad estudiantil.

En el viejo radiocasette que hace años su padre le trajo de Canarias seguían sonando los acordes de la Centuria Macarena, que para nada le distraían de las teorías químicas que repasaba, cuando reparó en que aquellas partículas no eran producto de su imaginación, ni tampoco eran restos del estudio en el que se veía inmiscuido: eran de la ceniza recibida hacía unas horas en el segundo día de Quinario de su Hermandad. El humo que desprendía el cenicero -azulado del Ducados y blanco puro del incienso- revoloteaba sobre el haz de luz que desprendía la lamparita de estudio, conformando fugaces dibujos en el aire que se le comenzaban a antojar los tallados del canasto de un pasocristo.

Como por arte de magia, entre simbología de ácidos y anhídridos, se le vino aquella frase a la memoria: “Ya queda menos…”

El sueño le comenzaba a pasar la primera de las facturas de la noche, y por más que lo intentaba sus apuntes se le hacían cada vez más pesados -al igual que sus párpados- y su memoria comenzaba a distraerse desde las valencias de los gases nobles hacia el solo de corneta de la marcha “Milagrosa”. El tambor del Hidalgo y la corneta del Solís, ganaban poco a poco, una incruenta batalla aquella noche en su intelecto frente al Argon, Kripton, Xenon y Radon.

“¿Y por qué ahora?” se preguntó, para añadir “debiera estar prohibido”. Y se conjuró asimismo para afirmar en su interior que si algún día se dedicaba a la enseñanza, sería benévolo en las fechas de los exámenes con los alumnos que, como a él, a tan sólo 40 días de la Semana Santa, ya le olían las manos no a azahar sino a tarniché, algodón mágico y cera de Bellido.

Eran algunos los exámenes que aún le quedaban antes de que la primera estuviera en la Campana y con el grupo de amigos del Instituto había jurado solemnemente que el Viernes de Dolores sería día completo de rabonas, para ir a ver… ¿qué? ¿qué verían, si las Iglesias a esas horas de la mañana solían estar cerradas? “A respirar Sevilla”, dijo uno de ellos. Pues sí, a eso irían.

Eso pretendía ahora, cuando el reloj se acercaba temeroso a las 2 de la madrugada: respirar Sevilla, en su propia habitación, mientras todos en su casa ya dormían. Por eso le sonaban de fondo las cornetas del que acompañan al Rey de Reyes de la Resolana en la noche más grande de Sevilla y seguían ardiendo sobre el cenicero el carbón y el incienso que se trajo aquella misma noche de la Hermandad. Para evitar que su dormitorio se cargara de humo y aquello pareciera más la ribera del Támesis que del Guadalquivir, debía tener la ventana algo abierta y cierto biruji friolero -junto con los reflejos de la luna redonda de aquella noche- se apoderaron de la estancia. Pero el frío nunca fue el enemigo. La lluvia sí.

Y aquella noche olía a Sevilla. O al menos eso le parecía.

Conforme pasaban los minutos su concentración en lo necesario -que no lo importante- era menor. Había llegado ya el momento de cortar con los apuntes, porque ahora sí que las Legiones de Roma y los aromas de Santizo habían vencido a Melvin Calvin, Alexander R. Todd y Theodore William Richards, aquellos que sabrían mucho de formulación y teorías químicas pero poco de incienso, vainilla y carbón, la fórmula magistral que él sí que conocía. Y ya de camino, puestos a olvidar, pues olvidar por un rato a aquel barbudo madrileño que le había tocado en suerte en su curso y que más se parecía a un sanedrita salido de las manos de Castillo que a todo un profesor de Instituto.

Salió de su dormitorio, en el silencio de la noche, y se dirigió a la cocina. Quería acabar el día, antes de dejarse caer en brazos de Morfeo, dándole la espalda al hidróxido de cal y al sulfuro de zinc y echadlos a pelear con otra mezcla de elementos, con más química sentimental que científica.

Con la lentitud que se le imprime a las cosas importantes, tomó un plato de postre y una cucharilla de café. Y de forma solemne, apartó el papel de plata que cubría la fuente. Ese era el mejor final, la mejor formulación que ni siquiera Alfred Nobel hubiera podido nunca imaginar. Con una sonrisa en sus labios, marchó de nuevo a su dormitorio: era hora de dormir.

Mientras saboreaba el último bocado de la torrija de mamá y la miel le rodeaba cada una de las entrañas de su paladar, su pensamiento se fue de nuevo a la frase que tanto había repetido durante el día: “ya queda menos: solo 40 días para la gloria”.

Si mañana no había un poco de suerte, ya habría tiempo más adelante para recuperar su examen de Química. Ahora quería soñar.





Soñar con la primera en la Campana.

domingo, 22 de febrero de 2009

SE ACABÓ


Ha terminado el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de 2009 y sintiéndolo enormemente por aquellos que lo esperaban (lo siento de verdad, Antonio), el poco tiempo disponible ha sido el causante de que hasta este blog no llegara una mini crónica de lo que ha pasado en la Casa de los Ladrillos Coloraos. Pero no por eso quiero dejar aquí una muestra de lo vivido en estos últimos días en relación al Concurso.

Ahí va esto, que no es otra cosa que mi opinión personal sobre algunos aspectos.

EL CONCURSO EN SÍ. Sobrado de cantidad y calidad. Por eso no entiendo cómo se puede hacer una final con solo tres agrupaciones por modalidad. Ha sido la más corta de la historia. A los que nos gusta, nos disgusta no ver casi clarear el día cuando el Jurado dice aquello de "En la Ciudad de Cadiz...". Nos han privado de una noche mágica, para convertirla en una madrugada de miel en los labios. Ojalá vuelvan esas finales en las que a las cuatro y media de la madrugada, hora en la que casi ha acabado la de este año, aún nos quedaba media final por ver.

CANAL SUR TELEVISIÓN. Sobresaliente. Así, sin más. Traernos las tres semifinales ha hecho que tengamos algo así como cuatro finales consecutivas. Pero no llegan al 10, sino que los dejo en el 9 raspón. ¿La causa? Pues las tres semifinales que han presentado Manu y la Maga Inés. Son aguantables un ratito, unas pinceladas, pero tres noches los hacen insoportables. La Maga Inés más verde que el Canijo de Carmona. Manu con más aciertos que desaciertos, pero cansino. En cuanto al trío de la Final (Modesto Barragán, Manolo Casal y Paz Padilla) lo bordaron como siempre. Se notan las tablas y la experiencia. Hablando y contando cosas por derecho, con el chiste y el borderío en el momento adecuado. Ni les sobró ni les faltó. Excelente. En camerinos Paz Santana lo hizo mejor que bien, aunque acompañando a Manu en las semifinales se le vio cortita, quizás era demasiada la responsabilidad de dirigir el programa. Fernando Pérez y Juan Manzorro hechos dos brazos de mar en sus respectivos cometidos. Como diría el propio Manzorro "de gran categoría".

LA WEB DE CANAL SUR. Lo mejor para los que padecemos el Síndrome de Diógenes. El VHS ha trabajado poco este año, porque la descarga es facilona y legal. Ahí quedan muchas cosas en los discos duros, para poder seguir viéndolas cuando queramos, sin tener que molestar al resto de la familia que pasa de esto. Y en cuanto a la Tienda On Line, otro acierto el que podamos comprar la final en DVD. La estantería de mi despacho lo agradece: pierde peso y gana espacio y calidad. Muchas cintas de vídeo de mi casa van a pasar a mejor vida. Ya disponible a la compra desde al año 2003. Un lujazo. Por cierto ¿qué hago con los VHS? ¿Los vendo o los regalo?

ONDA CÁDIZ. Clasificatorias y cuartos disponibles para los que vivimos fuera de la provincia de Cádiz. Calidad de imagen y fácil acceso. Los planos tan dignos como los de la tele pública. Quizás las voces -de locutores- dejaban algo que desear, pero cumplieron con rigor aquello de que cuando suena la guitarra en el escenario hay que callarse. Se nota que son de allí. Sobresaliente también para ellos.

POLÍTICA DEL CARNAVAL. Aún existe esa mano negra en el Concurso. Merecedor de estar en la final fue el coro a pie de Javi Bohórquez y mucho me temo que no estuvieron por un letra de semifinales: "nos vemos en casa con la mujer viendo la final"... dijeron, como así fue. Estas cosas te hacen pensar mal de los directores de otras agrupaciones, que tienen un "gordo" peso específico en todo esto.

CAJONAZOS. Por el corto número de agrupaciones que han accedido -que no pasado- a la Final, el término "cajonazo" creo que tiende a desaparecer. No se puede considerar un cajonazo, sino más bien que no hubiera sitio en la final para determinadas agrupaciones. El corte que se ha dado no desmerece a los que han quedado fuera. Son buenos grupos, muy buenos grupos que otros años hubieran estado en el Falla en la gran noche. No es extraño, por tanto, que a la última noche de semifinales antes del veredicto del Jurado se le llamara "la noche de los cuchillos largos".

EL AMBIENTE DEL FALLA. De envidia pura y dura. Quizás sea el año en el que he visto al público más entregado desde el primer momento de la noche. Un gallinero de categoría con mucha gente joven. El que va al Falla cualquier día sabe a lo que va. De hecho, un cuarteto abandonó el concurso en clasificatorias por su bajísimo nivel. El público así lo quiso, cuando le dijeron desde el paraíso "¡cambia el cuarteto pa el año que viene!" y ellos no tuvieron otra ocurrencia que encararse con el respetable. No, cuarteteros, eso no es así. Aquello es Cádiz y las cosas son de otra manera. De todos modos, algunas butacas vacías en el patio -siempre las mismas cuando la cabeza caliente ofrecía ese plano- durante la final. ¿De quién eran esas entradas? Y por cierto... ¿cuando me pegaré el lujazo de estar un año allí?

MIS AGRUPACIONES.
En comparsas "La pensadora gaditana" y "Los comparsistas se la dan de artistas". La primera de ellas fue finalista. La segunda no llegó.

En chirigotas me quedo este año con "Más p´allá que p´acá" del Love, el Cabra y Manolito Cornejo por cómo se metieron en el tipo y con el genial Selu y "Los enteraos".

En coros, tal como he dicho antes, el coro a pie de Javi Bohórquez "El maravilloso mundo de Cadilandia" y "El Coro del Futuro" de Miguelez.

De cuartetos no opino.

Con esto no quiero decir que el resto no me gustara; es más, he de alabar las letras del Canijo, con un excelente popurrí, la presentación del Yuyu, la puesta en escena de Kike Remolino o la espectacularidad del coro de Rivas y Pardo. Pero si se trata de elegir me quedo con lo dicho.

UNA MÚSICA. Toda la música, absolutamente toda, de Tino Tovar para "Las muchachas del congelao". Casaba con el tipo a la perfección.

UNA LETRA (O DOS). Para llorar -aquí se me ve el plumero- el pasodoble a la adopción de "La pensadora gaditana" en la final. Como original, el cuplé de "Los enteraos" recordando a la chirigota del año 92 (gran pelotazo) "El que la lleva la entiende" (Los borrachos", para los no iniciados)

UN ESTRIBILLO. "Bocaíto, bocaíto, bocaíto, bocaíto".

UN TIPO (O DOS). "Los mákina". Un lujazo. ¿Se puede ser más original?. "Las muchachas del congelao", no solo por su atuendo muy trabajado, sino por hacerme creer la primera vez que los vi que alguno de ellos eran "ellas". Y el nombre, como diría Manzorro, "de gran categoría": les esperaba vestidos de dependientas de una tienda de congelaos o de algo similar, pero nunca como princesas de Disney.

... Y CÁDIZ. Mil versos y besos para esa ciudad, a la que tanto quiero. ¿Qué sería de mi sin ella y sin su Carnaval?




lunes, 16 de febrero de 2009

¿REINSERCIÓN SOCIAL?

Del Diccionario de la Real Academia Española
Reinserción: f. Acción y efecto de reinsertar.
Reinsertar: tr. Volver a integrar en la sociedad a alguien que estaba condenado penalmente o marginado. U. t. c. prnl.



Que la cárcel es un lugar no para el castigo sino para la reinserción social es algo que, en pleno siglo XXI, cae por su propio peso.

Que la Justicia, a veces lenta, como tal está impartida por hombres y mujeres -con sus humanos errores y aciertos- es otra de las reglas del juego en el que todos estamos inmersos, por mucho que las decisiones de la judicatura nos produzcan en ocasiones ardor de estómago.

Que todos somos igual ante ella -que a todos nos trata por igual- y que las normas o leyes no discriminan a nadie es también algo que está bajo el techo en el que vivimos.

Y que las leyes están hechas por hombres supone, por tanto, que deben existir lagunas que se me antojan difíciles de llenar con la letra escrita, porque cada caso, cada momento y cada persona es un mundo y todos deben regirse por normas comunes.

Me encantaría poder escribir desde la perspectiva legal y dejando aquí una lección de derecho digna de cualquier catedrático universitario. Pero, lamentablemente, solo tengo la licenciatura -ni tan siquiera el doctorado- en la carrera del Sentido Común y meterme en un jardín jurídico del que no sé salir puede ser peligroso. Sigo escribiendo a costa de que sé que lo que va a seguir saliendo de mis dedos puede no ser todo lo justo u objetivo que debiera. Pero al menos es lo que sale de mí. El sentido común que a veces puede ser el menos común de los sentidos.

Pienso en Marta del Castillo cada vez que siento sobrevolar el helicóptero por encima de mi lugar de trabajo, a un tiro de piedra del Charco de la Pava. Así llevamos todo el lunes. Y pienso en estos días, sobre todo en estos dos últimos, si Marta del Castillo tuviera otro apellido, no ya el de mi familia, sino el de cualquiera de mis amigos que tienen hijos de esa edad, esos niños que conozco casi desde que nacieron. Y el cuerpo me produce un escalofrío.

Un individuo que comete un crimen como el que todos tenemos estos días en la cabeza; que se deshace del cuerpo con total impunidad; que mantiene una escalofriante frialdad durante 21 días; que destroza una vida que comenzaba a casi caminar sola; que marca para siempre -sí, para siempre- a una familia, a un barrio, a una ciudad… Un individuo que no aprecia a la vida, ni la suya ni la de los demás, que no le da sentido a lo que es la VIDA y la MUERTE, que con sólo 20 años -sí, sólo 20 años- es capaz de todo esto, no puede por más que lo intente, volver a vivir en paz, ni con él ni con nosotros. Para él, el concepto reinserción social no puede ni debe existir. Hay mucho daño, odio, resentimiento, dolor… ha provocado tanto sin que nadie se lo pidiera…

“De este individuo yo no me voy a quedar con que es un desgraciado que no ha tenido una familia normal, no señor, este individuo es un asesino”, me decía alguien esta mañana a través del e-mail. Y créanme si les digo que la autora de esta afirmación está lejos de cualquier duda en cuanto a su moralidad. Es tan solo es una madre, joven y que tiene los pies en el suelo.

Nadie me escuchará pedir la pena de muerte nunca, porque ningún hombre puede disponer de la vida de otro y porque así nos igualaríamos a estas alimañas humanas. Pero Miguel C. D. y los que son como él y han actuado con él no pueden vivir NUNCA MÁS entre nosotros. Sí, lo siento por decirlo con esta dureza, pero este tipo de personas están “averiadas” y no pueden convivir con los que, de algún u otro modo, funcionamos correctamente. No quiero ser pájaro de mal agüero, pero todos sabemos los pasos que a este tremendo sucedo le quedan por dar: hallazgo del cadáver, autopsia, determinación de la muerte, juicio, exámenes psicológico y psiquiátricos de los imputados, condenas…

…y buena conducta en la cárcel del asesino, que a los ocho-diez años puede estar en la calle.

Sabemos que esto es así, que de una condena de 30 años de reclusión, este individuo podrá llegar a cumplir no más de diez. ¿Se imaginan a este tipo, con lo que es ya, con solo diez años más de edad encima -más joven que lo que yo soy ahora- y con la experiencia de diez años en el talego? No me hablen de reinserción, por favor. Dentro de diez años este tipo es una bomba de relojería suelta por la calle.

Por eso, una vez más -ya es la segunda vez que lo pido desde este blog- las condenas en las que exista la sangre de por medio deben cumplirse de forma íntegra. Los veinte años de edad de este individuo ya son todos los que tenía que haber vivido en libertad. Si la justicia le condena a 30 años de reclusión, pues que salga a la calle con el medio siglo, que entonces es posible que tenga la cabeza asentada. Pero nunca antes.

No quiero que tipos como estos anden por la calle, por las mismas calles que andan los que llevan el mismo apellido que yo; por las mismas calles que andan los hijos de mis amigos; por las mismas calles que andan la gente a la que quiero; por las mismas calles que andará mi hija…




…por las mismas calles por las que andan tantas y tantas martas del castillo a las que no conozco ni conoceré nunca.