¿QUIÉN GANA?
A partir de esta noche comenzarán los últimos quince días para escuchar a los candidatos exponer públicamente sus propuestas para gobernar, en nuestro caso, nuestra ciudad durante los próximos cuatro años, así como para pedirnos abiertamente el voto. ¿Quién gana? será la pregunta que nos hagamos y que no tendrá respuesta fiable y cierta hasta la noche del próximo día 27, a partir de que se cierren los colegios electorales. Pero esta pregunta, a día de hoy como comprenderán, no sabemos ni tan siquiera intuirla, aunque me consuela saber que ellos mismos -los candidatos- tampoco saben quién ganará.
El voto de un ciudadano es algo tan privado, que por muchas encuestas que se realicen, siempre hay que ser escépticos con los resultados de las mismas. ¿Quién no nos dice que el ciudadano encuestado miente? ¿Y si mienten todos los encuestados? ¿Quién no nos dice que uno de nuestros “alcaldables” no tiene un codiciadísimo as en la manga guardado para, en el momento oportuno, hundir a su adversario? ¿Quién podría asegurar -en este caso a nosotros y a ellos- que no sucede “algo inesperado” que hace que el voto de los electores dé un giro hacia una tendencia política concreta? (Ojo, que no me refiero al triste 11-M). ¿Quién está libre de un periodista, al que le filtran una información desde un partido para hundir a su propio candidato? Como estas cosas pueden pasar tantas como dé de sí nuestra imaginación. Y también puede no pasar nada, que será lo más normal.
Estaremos pendientes de las encuestas, de los números, de los tantos por ciento, de las comparativas, porque es lo que hay hasta que llegue el momento. El momento del día 27 de mayo, cuando a las 20:00:01 horas un locutor de televisión nos diga quién ha ganado las elecciones. Ahí se desvelará la verdad cruda y real. Y después, asistiremos a lo más divertido, eje de estas líneas: las valoraciones de los candidatos.
Ahí, justo ahí, es donde se resuelve la pregunta que antecede a este texto. ¿Quién gana?
¡Han ganado todos! ¿Se han fijado con qué facilidad se interpretan los datos de las urnas en una noche de elecciones?
El voto de un ciudadano es algo tan privado, que por muchas encuestas que se realicen, siempre hay que ser escépticos con los resultados de las mismas. ¿Quién no nos dice que el ciudadano encuestado miente? ¿Y si mienten todos los encuestados? ¿Quién no nos dice que uno de nuestros “alcaldables” no tiene un codiciadísimo as en la manga guardado para, en el momento oportuno, hundir a su adversario? ¿Quién podría asegurar -en este caso a nosotros y a ellos- que no sucede “algo inesperado” que hace que el voto de los electores dé un giro hacia una tendencia política concreta? (Ojo, que no me refiero al triste 11-M). ¿Quién está libre de un periodista, al que le filtran una información desde un partido para hundir a su propio candidato? Como estas cosas pueden pasar tantas como dé de sí nuestra imaginación. Y también puede no pasar nada, que será lo más normal.
Estaremos pendientes de las encuestas, de los números, de los tantos por ciento, de las comparativas, porque es lo que hay hasta que llegue el momento. El momento del día 27 de mayo, cuando a las 20:00:01 horas un locutor de televisión nos diga quién ha ganado las elecciones. Ahí se desvelará la verdad cruda y real. Y después, asistiremos a lo más divertido, eje de estas líneas: las valoraciones de los candidatos.
Ahí, justo ahí, es donde se resuelve la pregunta que antecede a este texto. ¿Quién gana?
¡Han ganado todos! ¿Se han fijado con qué facilidad se interpretan los datos de las urnas en una noche de elecciones?
1 comentario:
Sin duda llevas toda la razón. Todos, al final, han ganado. Cuando de verdad quien debiera ganar unas elecciones es el ciudadano. Pero me temo que ese es el que las pierde.
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