TENÍAN QUE SER DE(L) SEVILLA
De un lado, Andrés Palop -nuestro portero que no ha pisado el terreno de juego ni tiene oficialmente un minuto jugado en este campeonato europeo, pero que es tan campeón como cualquiera- eligió la misma camiseta que luciera ARCONADA en aquella final que perdimos contra Francia. No sé si Platini, autor de aquel nefasto gol, se percató del detalle de Palop, pero seguro que alguien hubo que se lo diría. Pienso en Arconada, cómo se debía sentir ayer, lleno de satisfacción por el homenaje que Palop que rendía de esa forma. Un detallazo de sobresaliente.
Por otro lado, Sergio Ramos envolvió su cuerpo -con el encuentro recién acabado- en una bandera andaluza. Un orgullo verle así para los que sentimos esa bandera como algo muy nuestro, alejada de tendencias y pensamientos políticos o partidistas: aquello era la bandera de nuestra región, como a mí me gusta llamarla. Y también estaba convencido que Ramos tendría algo más guardado, no podía fallar en ese sitio y en ese momento. Y de repente, allí estaba: ANTONIO PUERTA en su pecho, con la inscripción “Siempre con nosotros” y un “16” a la espalda, sobre el blanco de la camiseta. Lo de Ramos, de bandera.
Aunque Palop no sea sevillano de nacimiento, es curioso que los dos jugadores tienen un nexo común, que es el Sevilla FC. Sergio y Andrés, dos deportistas muy unidos a la ciudad de la Giralda y que fueron a los únicos que se les ocurrió algo así.
Me siento orgulloso de tener una selección campeona de Europa, pero más orgulloso me siento de ellos dos, por ser de “aquí”, bien de nacimiento, bien de filiación deportiva. Pusieron la guinda a un pastel que nadie pensó que nos lo comeríamos. Y nos lo hemos comido. Sin atragantarnos.
PD.: Mi dedicatoria más especial y emocionada a los chicos del PNV y de ERC. No pudo ser, que le vamos a hacer. Le ganamos a Rusia y ahora a Alemania. Comprendo vuestro disgusto, pero la vida es así de dura… como vuestra cara.