viernes, 28 de septiembre de 2007

SOBRESALIENTE AL CUBO

Si el pasado viernes escribía sobre las licenciaturas “a medida”, compradas por 250 leuros en internet, hoy quiero hablar de la otra cara de la moneda. Se llama esfuerzo, tesón y recompensa.
Me llamaron a decírmelo a principio de semana, con la escueta frase de “cada miembro del tribunal le ha dado un sobresaliente”. Y yo solito, echando cuentas, deduje que al ser tres los integrantes del patíbulo, la cosa termina siendo un sobresaliente al cubo ¿o me equivoco?
Hoy vuelvo un poco la vista atrás y me acuerdo de muchas cosas. Lo más reciente es cuando acabó su carrera de psicología, con unas calificaciones insuperables. Supe entonces que se metía de lleno con la tesina. Buena cosa.
La compaginó -que yo recuerde- con las prácticas en el despacho de su padre y en otros lugares; su beca en el hospital; el arbitraje y los entrenamientos de baloncesto; la colaboración en la priostía de su Hermandad… y además no se le olvidó vivir como su edad le pedía. No dejó de atender nada y todo lo llevó para adelante, mucho más bien que mal.
Su padre y su madre se sienten orgullosos de ella. Y su tía y su tío también. Lo único malo es que me hace viejo cada vez que pienso en estas cosas. ¡Pero si hace tres días que te hacías una foto que a los creativos publicitarios de Coca Cola les hubiera encantado! El tiempo no pasa, corre y vuela.
Esta semana María me vuelve a dar -nos vuelve a dar- otra alegría, la del sobresaliente al cubo, que yo pretendo celebrar este fin de semana con un cubo de cerveza. En mi casa sin que nadie me vea y sin molestar a nadie. A mi forma.



De todos modos, me gusta su trayectoria. No porque lleve mi apellido, sino porque dentro de poco tendrá que echarnos una mano en lo que más sabe. Su prima está deseando conocerla…

miércoles, 26 de septiembre de 2007

EL SUELDO DE JOSÉ LUIS

Ayer se presentaron los presupuestos generales del Estado. Por cierto, que hemos perdido esa imagen de todo un camión lleno de libros y el ministro de turno -y del ramo- con varios volúmenes en las manos, para pasar a tener esa cantidad de números en un pen driver. Bueno, al menos algo hemos mejorado.
No me voy a meter en lo que cobra el presidente del Tribunal Constitucional, que dicho así de pronto es una barbaridad. Pero entiendo que la responsabilidad hay que pagarla. Ni tampoco voy a hablar de lo que cobra nuestro presidente del Gobierno, que para eso es el presi de todos los españoles. Voy a reparar en otro detalle. Ahí va.
El sueldo del Sr. Rodríguez Zapatero experimentá este año una subida del 3%. Que hablando de las cantidades que hablamos, pues es una barbaridad también. Supongo que debido a la “buena marcha de la economía” como él mismo dice, le han subido el sueldo de esa forma.
Es natural, ya que las hipotecas nos han subido a todos. Imagínense ustedes lo que pagarán José Luis y Sonsoles al mes por la hipoteca del Palacio de la Moncloa, con la de jardines y habitaciones que tiene que tener aquello. Imagínense lo que vale la cesta de la compra de esa familia, que tienen que correr con los gastos de las copas y tapas que todos los titulares de cartera se toman después del Consejo de Ministros. Imagínense lo que cuesta que Sonsoles viaje por medio mundo cantando ópera para sacarse unas pesetillas que ayuden a llegar a fin de mes. Imagínense el gasto de esa familia en trajes y corbatas para el presidente, porque tiene que ir arregladito a todos los actos. Imagínense lo que vale la seguridad, ya que Zapatero y su mujer llevan escolta. Imagínense…


… ¿cómo? ¿que esas cosas no las pagan ellos? ¿y en qué gasta entonces su pasta el presidente, si casi se lo pagan todo? ¿y por qué esa subida?

viernes, 21 de septiembre de 2007

LICENCIADOS EN PICARESCA

Me sorprende dónde puede llegar la picaresca… o la sinvergonzonería. Leo hoy en los periódicos que existen sitios en internet en los que puedes comprar, por unos 250 euros aproximadamente, un título universitario en cualquier licenciatura o bien adquirir un doctorado “cum laude”. Este último producto, lógicamente, es algo más caro.
Esto es lo más parecido a un Supersol o a un Eroski, pero del saber y del conocimiento. Digo esto porque, también según la noticia, “llegan a ofrecer la compra de hasta diez titulaciones y, cuantas más adquiera el comprador, más baratas resultan”. No me digan que la cosa no tiene gracia. Por último, porque no queda ahí la cosa, la noticia también indica que se puede elegir no sólo el título, sino la universidad en la que se ha estudiado (¿?). Genial.
Siempre he pensado lo que pierde la sociedad -lo que perdemos todos- con tipos como estos. Si los que inventan, ponen en marcha y se enriquecen con estos timos se hubieran dedicado a estudiar en serio, porque sin duda se trata de gente inteligente, se habrían convertido en unos expertos en la materia a la que se hubieran dedicado: serían, hoy día, grandes médicos, arquitectos de prestigio o renombrados abogados. Pero es una pena que nos hayamos quedado sin ellos porque eligieron el camino de la trampa y el engaño. Seguimos siendo el país de las novelas de don Miguel de Cervantes.
No crean que me voy a sustraer a la tentación de conocer alguna que otra página de internet de esas que te ofrecen un título universitario a medida. Ya me lo imagino: supongo que con sólo acceder se desplegará un menú inicial en el que me den a elegir entre Ciencias o Letras; me preguntarán si quiero ser licenciado por la Hispalense, la Olavide, la Autónoma de Barcelona o la Carlos III de Madrid; si quiero que mi nota media sea ... ; si quiero... Y por supuesto con algo tan fácil como "marque la casilla elegida", que está hecho para gente sin estudios.


No se extrañen si dentro de poco se enteran que soy licenciado en ingeniería geodésica y cartográfica… todo es posible. Total, por 250 euros…

miércoles, 19 de septiembre de 2007

EL FLACO FAVOR DE LOS TAXISTAS A LA CIUDAD

De nuevo los taxistas son los protagonistas, de forma lamentable, de la actualidad informativa de la ciudad. Sus continuos encontronazos con los hoteleros han acabado en una actitud poco propia por parte de algunos miembros del colectivo del volante, al arrojar huevos a las fachadas y proferir amenazas a los recepcionistas de varios hoteles.
Visto lo visto, lo cierto es que los hoteles no tienen por qué asumir las tropelías que se comenten desde dentro del propio sector del taxi. Ni asumir unos gastos de los cuales no son responsables en absoluto. El hotelero -o el trabajador de un hotel- tiene que ofrecer un servicio tan simple como el del transporte a su cliente. Si para ello se tienen que llegar a acuerdos con taxistas (ojo, digo taxistas, que no particulares con vehículos) que sí quieren aportar más que sustraer a la economía de esta ciudad, están en su derecho de hacerlo. Nada ni nadie obliga a que sea necesario llamar a una determinada emisora. Porque como comprenderán, una persona que necesita un transporte para llegar -pongo por caso- al Aeropuerto de San Pablo a una hora determinada para tomar un avión, no puede estar pendiente de la llegada o no de un taxi a la puerta de su hotel y mucho menos que la carrera le cueste casi como el billete de avión.
La Asociación de Hoteles de Sevilla ha puesto pie en pared de la mejor manera que sabía: apela a nuestros políticos locales para que, de una vez, intercedan en este asunto. Y denuncian públicamente, cara a la opinión pública, la extorsión a la que se ven sometidos sus asociados. Con valentía y por derecho.
Esto no aporta nada bueno a nadie, ni siquiera a la ciudad. Espero que no lleguemos a aquellos años en los que la inseguridad era moneda de cambio en nuestras calles y los touroperadores advertían de la misma en sus folletos. Aquello le hizo mucho daño al turismo y todos perdimos por igual.



Y esto también puede hacer daño, aunque los hoteles se seguirán llenando. No todos perderán por igual esta vez.

martes, 18 de septiembre de 2007

LOS INFORMATIVOS DE HOY

Hoy los informativos de la tele tienen todos la misma primera noticia: salvo una catástrofe natural, un atentado de ETA o la dimisión de un ministro, veremos hoy a unos niños llorando porque es su primer día de colegio.
¿Hay algo más dulce que el llanto de un niño en su primer día de colegio?
Porque este llanto lo que significa es que añora el calor del hogar, los mimos de su madre, el juego con sus hermanos.
No es llanto de dolor, aunque en el fuero interno del niño así lo pueda significar. A esto hay que añadir que su asistencia al colegio es un bien que buscan sus padres. Por eso, esos llantos que veremos hoy en la tele no nos deben apenar. Y profundizando un poco más, seguro que son llantos de no más de unos minutos. En cuanto entren en el aula y se vean con más niños, con juegos, con profesionales de la educación acostumbrados a estos trances, seguro que se les pasa.
Hoy recuerdo mi primer día de colegio, en el patio de cemento (así se llamaba) del Colegio de los Escolapios, en la Plaza Ponce de León. También lloré, aunque en honor a la verdad, bastante poco. Por eso digo lo que digo. El único "incidente a destacar" es que volví a casa con el bocadillo (aún comíamos bocadillos y no porquerías envasadas) que me había preparado mi madre para el desayuno: se me olvidó comérmelo.
Hoy, como cada año tal día como hoy, recuerdo aquel colegio, aquel edificio que si bien existe todavía, no responde a lo que tengo grabado en la memoria. Por un momento me gustaría poder pasear por las galerías y patios de aquel centro. Y seguro que a muchos de los que allí estudiamos nos gustaría porder visitar esos lugares que ya no existen, con sus nombres tan característicos: el patio de cemento, el de arena, el de la Virgen, la escalera principal que conducía a primaria, el patio de las flores, la entrada de la calle Matahacas, el patio de las columnas, el comedor, la Capilla de la primera planta, el teatro…



Dios, ¡que de tiempo ha pasado!



PD.: Muchas gracias a todos por los mensajes de aliento del post anterior.

viernes, 14 de septiembre de 2007

TRIBULACIONES

Llevo unos días que me cuesta trabajo escribir. Mala señal. Sin duda es que hay cosas que me preocupan más de la cuenta. Siempre me pasa. No lo puedo evitar.
Me afectan -sobre todo- las cosas que tienen que ver con los sentimientos. Pero no piensen en el amor carnal ni nada de eso, sino en aquellos sentimientos -que pueden ser hacia las personas o hacia una institución- que se llevan adentro desde que somos niños.
Quizás sea esto lo que he tenido durante estos días. Saber que me tenía que enfrentar a lo que no quería enfrentarme, porque quizás cada día esté menos convencido. Y saber a la vez que uno tiene que asumir las responsabilidades adquiridas, más si la palabra dada está de por medio.
Han sido días difíciles, donde tu propia dualidad se mezcla con la razón y la sinrazón. Días donde esperar que, por un momento, un rayo de luz se cuele en tu vida -y en la de otros- y todas las aguas revueltas tomen el cauce que nunca debieron perder.
Lamentablemente esto al final no ha sido así. Por mucha voluntad que algunos, entre ellos yo, le pongamos al asunto.
La vida cansa, algunas veces hasta puntos insospechados. Las circunstancias de las que nos rodeamos nos desbordan a veces. Y no somos capaces de superar muchas dificultades que nos ponen -o nos ponemos- en el camino. Pero hay que mirar hacia delante, como decía un amigo “más adelante hay más”, y llegado a este punto tomar la decisión que mejor sea para uno mismo. Aunque me digan egoísta y aunque sea dolorosa y me jactara de decir que nunca llegaría a eso. Antes o después siempre será la equivocada para unos y la acertada para otros. Pero ahora ha llegado el tiempo en que tiene que ser la mejor para mí.


Llega el tiempo en el que quiero que vuelva a amanecer en mi vida. Porque yo lo que quiero es vivir.

jueves, 6 de septiembre de 2007

INCERTIDUMBRE E INDEFINICIÓN

Las palabras y el semblante serio del Ministro Solbes en la entrevista que le realizaron en la cadena SER no dejan lugar a dudas: "estamos en situación de incertidumbre e indefinición, lo cual en economía es malo. A la gente lo que menos le gusta es la incertidumbre".
Perdóneme usted, señor Ministro, que le enmiende la plana. A la gente -yo hubiera dicho a las personas- lo que menos nos gusta no es la incertidumbre. Lo que menos nos gusta a todos son asuntos como no llegar a fin de mes; ver como nuestra hipoteca sube y sube; notar la intranquilidad de nuestro trabajo; y que nos endeudemos poco a poco porque las necesidades para vivir dignamente no pueden ser cubiertas con los ingresos que tenemos.
Si, señor Solbes, eso es verdaderamente lo que nos preocupa a todos. No los grandes números del Estado, ni sus peleas con el Partido Popular, como tampoco las declaraciones de Rajoy en contra de la política económica del Gobierno. Ni un lado ni el otro. Nos importa cómo vivimos cada día, antes de que llegue el momento de que nos preocupe cómo podemos sobrevivir.
Las cuentas, no las macrocuentas, son bastante fáciles. Por poner un botón de muestra, mi sueldo no subirá el próximo año tanto como lo ha hecho mi hipoteca. Y le aseguro, señor Ministro, que la culpa no es de la empresa en la que trabajo. Bastante agraciado me debo sentir por tener un trabajo digno hoy día y no pertenecer a ese colectivo que se acerca cada día más a los dos millones de personas. Y por tanto, si con mi sueldo tengo que cubrir una hipoteca mayor y los precios, como es lógico, seguirán subiendo… ¿me dice cómo lo hago?
No se equivoque señor Ministro. No nos da miedo la “incertidumbre e indefinición” de la economía como usted ha dicho. Nos dan miedo otras cosas.



Quizás nos dé miedo usted.