EL CUMPLEAÑOS DE E.T.

Han pasado ya 25 años desde que nos dejara a todos atónitos ese extraterrestre simpático que Spielberg se sacó de la manga. E.T. no nos daba miedo, más al contrario, nos hacía sentir cariño por él y algo de manía por aquellos agentes de la administración americana que quisieron abrirlo en canal.
Desde aquel ya lejano año 1982 hasta nuestros días han cambiado muchas cosas. E.T. y los niños protagonistas de la película, nos dejaron de herencia las sudaderas con capucha y las bicicletas con cestillo. También el sentimiento de amor hacia los más desfavorecidos e indefensos, aunque no fueran de nuestro mundo.
Tal como decía, han cambiado muchas cosas. Fíjense en las dos expresiones más conocidas del simpático y popular extraterrestre: “teléfono” y “mi casa”.
¿Quién nos iba a decir, en los comienzos de los ochenta, que veinticinco años después íbamos a poder ir por la calle hablando con nuestro teléfono móvil? ¿Quién nos iba a decir que tendríamos algo llamado Internet y correo electrónico? Si alguien lo hubiera anunciado hace veinticinco años, seguro que le habríamos dicho que eso eran cosas de extraterrestres.
Y en cuanto a “mi casa”, el precio de la vivienda nada tiene que ver con el de la época E.T. Es más, seguro que hubiera sido más fácil imaginarse entonces lo del teléfono móvil que el hecho de que un piso de 70 metros cuadrados en Sevilla Este cueste más de treinta y cinco millones de pesetas. Esto no hay humano que en aquel momento pudiera imaginárselo, pensar que “el ladrillo” iba a subir más que E.T. en la bicicleta de Elliot.

A aquel que hubiera vaticinado esto seguro que no le hubieran llamado extraterrestre. Le dirían loco. Loco de remate.