viernes, 14 de septiembre de 2007

TRIBULACIONES

Llevo unos días que me cuesta trabajo escribir. Mala señal. Sin duda es que hay cosas que me preocupan más de la cuenta. Siempre me pasa. No lo puedo evitar.
Me afectan -sobre todo- las cosas que tienen que ver con los sentimientos. Pero no piensen en el amor carnal ni nada de eso, sino en aquellos sentimientos -que pueden ser hacia las personas o hacia una institución- que se llevan adentro desde que somos niños.
Quizás sea esto lo que he tenido durante estos días. Saber que me tenía que enfrentar a lo que no quería enfrentarme, porque quizás cada día esté menos convencido. Y saber a la vez que uno tiene que asumir las responsabilidades adquiridas, más si la palabra dada está de por medio.
Han sido días difíciles, donde tu propia dualidad se mezcla con la razón y la sinrazón. Días donde esperar que, por un momento, un rayo de luz se cuele en tu vida -y en la de otros- y todas las aguas revueltas tomen el cauce que nunca debieron perder.
Lamentablemente esto al final no ha sido así. Por mucha voluntad que algunos, entre ellos yo, le pongamos al asunto.
La vida cansa, algunas veces hasta puntos insospechados. Las circunstancias de las que nos rodeamos nos desbordan a veces. Y no somos capaces de superar muchas dificultades que nos ponen -o nos ponemos- en el camino. Pero hay que mirar hacia delante, como decía un amigo “más adelante hay más”, y llegado a este punto tomar la decisión que mejor sea para uno mismo. Aunque me digan egoísta y aunque sea dolorosa y me jactara de decir que nunca llegaría a eso. Antes o después siempre será la equivocada para unos y la acertada para otros. Pero ahora ha llegado el tiempo en que tiene que ser la mejor para mí.


Llega el tiempo en el que quiero que vuelva a amanecer en mi vida. Porque yo lo que quiero es vivir.

10 comentarios:

el aguaó dijo...

No pienses que eres egoísta amigo Miguel. Creo que hay ocasiones en las que uno debe elegir o tomar una decisión que duele, pero es necesaria. Ortega y Gasset decía que la vida consistía en elegir costántemente, si me dices que en tu vida siempre es de noche, como bien explicas, es hora de ver amanecer.

En un futuro te alegrarás.

Un fuerte abrazo amigo.

Reyes dijo...

Si pudiese aconsejarte, déjate llevar por el corazón y considerate abrazado por esta que escribe.
Ojalá todo se solucione.

Anónimo dijo...

Como bien dices, las decisiones nunca son de igual forma recibidas por todos, pero ten por seguro que para aquéllos que te queremos, lo que hayas decidido no es lo importante, pues con saber que te encuentras bien, es suficiente. Ánimo.

Híspalis dijo...

Amigo Miguel, tus palabras me han conmovido. Sabes, todos hemos pasado por compicadas situaciones en la vida. En mi caso, aún tengo un importante problema con el que lucho diariamente. He visto la vida de color negro durante meses y ahora al menos lo veo todo gris, que ya es algo. ¿Pero sabes algo? aunque estuve hundido nunca perdí la esperanza de ver la vida de un color más claro. Nunca miré atrás y nunca perdí la fé. Ten confianza en tiempos mejores y cuando lleguen espero que te acuerdes de este amigo anónimo que tanto te estima cuando no escribes. Mucho ánimo y piensa que no estás solo. Ánimo amigo Miguel.

convidado con el rostro de piedra dijo...

Amigo Miguel. Todos somos egoístas, todos miramos para nosotros y justo por eso todo sale y de todo se sale. Cada uno tiene que vivir su vida, entre otras cosas, porque ni nadie puede vivirla por uno mismo ni uno puede vivir otra vida que no sea la suya. El altruísmo no existe. Es la proyeccción de uno mismo hacia el exterior... pero por puro egoísmo. Hay muchas formas de placer y de felicidad. Y es eso lo que todos buscamos, la propia felicidad, aunque sea la felicidad de otros la que nos la produzca. Por eso no te sientas mal por querer lo mejor para ti. Ánimo y un abrazo.

Claudia Brocoli dijo...

Por supuesto, Miguel.

del porvenir dijo...

Como te entiendo... ay, esa ventana junto a la Puerta Carmona

M. Andréu dijo...

Los has clavado, amigo del porvenir.

Anónimo dijo...

Querido Miguel, si supieras cuantas veces he estado con tu número de teléfono marcado en mi móvil solo para pulsar la tecla verde y no lo he hecho.
Sabes porqué? porque al final siempre he pensado que lo único que conseguiría sería hacerte daño al provocar en ti mas confusión y ansiedad de la que ya seguro tenias.
Después me consolaba pensando que tú por ti mismo, sin ayuda ni consejos de nadie, te darías cuenta algún dia que la situación en la Hermandad de tus y mis amores no podía continuar así.
Al leer tu carta y sobre todo la frase final me he dado cuenta que entonces acerté y ahora me alegro.
De todas maneras he de confesar, porque mi sinceridad a veces me pierde pero dejaria de ser yo, que en una ocasión cuando mi desesperación y mi moral estaba demasiado baja, mis impulsos me pudieron y contacté contigo de una manera que consideré mas leve y de la cual obtuve respuesta por tu parte, cosa que siempre te agradeceré pase lo que pase.

Por cierto y para no terminar demasiado melancólicos, te recuerdo que aún tenemos pendiente un buen par de cervecitas.

Anónimo dijo...

Con todo el cariño, Miguel, aunque sé que no me vas a responder, te hago estas preguntas que me rondan desde hace demasiado tiempo.

¿Cuándo va a permitid que vuelva a amanecer en nuestra Hermandad?

Tú eres el fiscal:
¿No crees que ya se han incumplido demasiadas reglas?.
¿Cuantos oficiales de Junta no cumplen con sus funciones?
¿Cuantos han presentado su dimisión, o, han dicho que no van más?

Creo que tú tienes la llave, por favor utilízala, no eludas la responsabilidad y todos te lo agradeceremos.

Un saludo hermano.