CUENTA ATRÁS

Bromas aparte, mañana será el día que comiencen mis particulares “cuentas atrás”: esta primera, de cuarenta días, no se llegará a agotar, porque me irá acercando hasta el 9 de marzo, donde comenzará la segunda cuenta atrás, la de siete días; que tampoco agotaré, ya que pondré el reloj a cero de nuevo el Viernes de Dolores, donde ya contaré por horas. E incluso si me apuran, abro otra cuenta mucho más íntima el Lunes Santo, esperando que den las doce de la noche para, me coja donde me coja, rezar en silencio un Padrenuestro, pensando en la Ventana vacía de una calle.
Llega la Semana Santa, para mí muy especial este año. Volveré a mi piel celeste de Martes Santo como vengo haciendo desde que tenía ocho meses de edad. Y volveré -así lo espero- también este año después de muchos de ausencia, a mi piel de ruán y esparto de Viernes Santo. Por cierto ¿me dejarán vestirme de nazareno en la casa que me dan de almorzar cada Viernes Santo? Todo una incógnita...
Quiero que esta Cuaresma y esta Semana Santa sean especiales: intentar vivirlas como lo hacía siendo joven. Asistiendo a traslados, via-crucis, besamanos, besapiés…; llegando los días Santos bien tarde a casa, después de ver alguna que otra entrada; saliendo temprano para ver las cofradías antes de que lleguen a la carrera oficial; vistiéndome por dos veces de nazareno como ya he dicho; aprovechando aún más cada uno de los minutos de cada día.
¿Por qué? Pues porque seguramente esta será la última Semana Santa que vivamos mi mujer y yo a solas. Espero el año que viene tener en los hombros a una personita a la que enseñarle todo lo que mi padre me enseñó. Aunque tenga que renunciar a mis túnicas. Por estar con ella no me importa.
Ojalá sea así.
¿He dicho cuenta atrás? Cuenta atrás la que llevo, después de lo dicho, para la Semana Santa de 2009. Esa si que es importante.
7 comentarios:
Vienen unos días dignos de saborear, paladear, degustar en todas las facetas posibles.
Ojalá el año que viene puedas agarrar la mano de una personita mientras le cuentas porque todos los Martes Santos se convierte en milagro la salida de un palio en la calle Águilas, porque el Amor tiene un pelícano en la base de la cruz, porque aparece Zaqueo en lo más alto de una palmera, que hace un gallo sobre un paso o porque tiembla todo el cuerpo bajo una cadena de escalofríos al pasar frente a tí aquella zancada de El Que Todo lo Puede...
Ojalá amigo Miguel. Un fuerte abrazo.
Las vísperas siempre son lo mejor de la Semana Santa, después, de repente, pasa la Amargura, y algo se me acaba...
No hay nada más maravilloso para un padre cofrade que enseñarle a su niño los secretos de esta semana mágica, y contagiarla con este veneno.
Y no te creas que mi Martes Santo sólo es San Benito, ese es el Martes Santo de mis hijos y mi marido, siempre intento perderme y disfrutar el mío, donde tu cofradía, es imprescindible.
Mucha suerte.
"...abro otra cuenta mucho más íntima el Lunes Santo, esperando que den las doce de la noche para, me coja donde me coja, rezar en silencio un Padrenuestro, pensando en la Ventana vacía de una calle."
De azulejo en la calle Imperial.
Mis mejores deseos en esta espera y en esta realidad.
Un abrazo.
Yo también espero tener pronto a una personita por allí jugando, en la puerta de la sombrerería, mientras pasan los nazarenos y se aburra ya de pedir caramelos... Estoy segura de que todo está tan cerca, como que te dé un abrazo a tí y a la señora de preciosos apellidos, con suerte mañana.
Siento no haberos dado ese abrazo a ninguno de los dos, pero tengo un resfriado terrible y llevo todo el día en la cama. Intentaré ir mañana, si vais por allí podreis ver al acólito más alto, mas guapo y más tocawe... de toda la Puerta Carmona.
Kisses
Ya queda menos... ya queda menos.
Queda muy poco.
Y con niños ... es otro mundo...
Saludos
Antonio
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