viernes, 5 de junio de 2009

HABLANDO CLARO

No sé si me voy a meter en un jardín del que no pueda salir, pero lo cierto es que las palabras de Emilio Calatayud Pérez, Juez de Menores de Granada, dicen a mi corto entender jurídico un montón de verdades. Verdades como puños, con las que estoy de acuerdo.

Sé que los vídeos son algo extensos, unos diez minutos cada uno de ellos, pero por favor no dejen de verlos. Sobre todo aquellos los que sentís preocupación por la educación de vuestros hijos, así como los que creéis que, en este tema, hubo un tiempo pasado que fue mejor.

1ª PARTE



2ª PARTE




Emilio Calatayud Pérez (Ciudad Real, 22 de diciembre de 1955) es un Magistrado español, Juez de Menores de Granada conocido por sus sentencias ejemplares. Sus sentencias educativas han bajado la delincuencia en Granada y han aumentado el número de menores que no reinciden en el delito. En casi 20 años, el «padrazo» ha juzgado a más de 10.000 jóvenes a los que, siempre que puede, da esa segunda oportunidad que todos alguna vez hemos necesitado.

Según el propio Emilio: "Mi mayor satisfacción es que ahora estén aquí, sentados a mi lado, rehabilitados, contentos con sus nuevas vidas. ¿Cuándo un juez se encuentra así, amigablemente, como yo hoy, con tres de sus antiguos condenados?" Emilio Calatayud lo dice con auténtico orgullo. Junto a él, Jesús Antonio, Enrique y Federico sonríen a quien todos en Granada conocen también como el «padrazo», el juez de Menores más conocido de España, aquél de las condenas ejemplares que en cada chaval jamás ve a un mero «delincuente», sino a «un joven que cometió un delito» y, aun más, a una víctima de un sistema social que demuestra fracasar cada mañana en la que él vuelve a condenar a un crío. Ante esa instancia, su desafío es claro: rehabilitar sin encerrar a quienes han delinquido, trabajar con ellos en el mismo entorno en el que cometieron sus faltas. Lleva 17 años intentándolo, e incluso lográndolo: el 82 por ciento de los menores que cumplen condenas en el régimen de medio abierto -libertad vigilada y prestación de servicios al beneficio de la comunidad- no reincide en el delito. "Hoy ya evitamos incluso que un 70 por ciento de los menores vaya en un futuro a prisión -explica-, un gran logro de los profesionales que trabajan conmigo y de los que yo soy sólo la cabeza más visible."

2 comentarios:

La gata Roma dijo...

Hombre abuelo, yo los vídeos por supuesto que los había visto, tienen su tiempo y además lo analizamos en clase. Calatayud dice algo muy significativo al principio: es mi opinión, no hablo en nombre de los jueces sino en el mío propio. Eso en realidad es lo mejor y lo peor. Lo mejor porque este hombre goza de un sentido común increíble, lo peor porque actualmente no hay muchos como él, al menos hasta donde yo conozco.
Si es cierto una cosa que he aprendido en estos últimos años; un menor que delinque no lo es por… generación espontánea, podríamos decir, es un producto, es el resultado de muchas cosas. Además tenemos muchos clichés, y actualmente los juzgados se están llenando de niños de papá con mucho dinero y menos educación que chavales de las tres mil, y eso es por algo…
Me empeñé en que con mi clase hiciéramos algo para ir a que don Emilio nos diera una charla, pero no pudo ser; espero que algún día sea. Imagino que algún día acabaré trabajando en algo relacionado con estos temas, pues me interesan bastante la verdad.
Kisses, y ya sabes, ten cuidado, a ver si encuentras el equilibrio entre el padre predemocrático y el otro, ya te pasaré un manual.

P.S. Si tienes la oportunidad, hay un vídeo del programa Línea 900 sobre este hombre, que merece mucho la pena.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Aunque había estado por aquí antes hasta ahora no he podido ver los videos. Es pura coherencia lo que dice y me siento muy identificado con lo que expone de lo que yo considero principio de autoridad del padre.
El problema parte de la familia siempre y hasta en las prefectamentes extructuradas hay problemas pues no siempre los cabezas de esas familias, padre y madre, entienden las posturas de la misma forma y lo peor, no son capaces de concensuarlas para posteriormente aplicarlas.
También me reconozco como miembro de su generación, nací en febrero del 56, que es un poco, o un mucho, la generación perdida y que sufrió la rigidez de los padres de entonces y hoy sufrimos la tiranía de nuestros hijos, aunque gracias a Dios, ésto último, no me afecta.
Muchas gracias, por haber despertado en mi la curiosidad con tu entrada.
Saludos