lunes, 7 de mayo de 2007

INTENCIONES

Al conocerse el resultado de las elecciones en Francia, con la victoria de Sarkozy frente a la socialista Royal, se produjeron una serie de disturbios en las calles de las numerosas ciudades francesas. El balance: 270 detenidos y 367 coches quemados.
Visto lo visto, la primera deducción que hago es cómo un determinado sector de la población (mayoritariamente joven) no aprueba que la victoria de las elecciones sea no para el conservador Nicolás Sarkozy, sino para quien ha sido el ministro del Interior del país galo. Ya en el otoño 2005, recordarán los enfrentamientos que se saldaron con unos datos estremecedores (más de 1.000 coches quemados). Y la responsabilidad en aquel momento era del que será presidente de la República el próximo día 14.
He escuchado a Nicolás Sarkozy en sus primeros momentos como presidente electo. El proyecto político de nuestro vecino -fundamentalmente con las “coincidencias vascas” que tenemos con Francia- es necesario a tener en cuenta. Zapatero le califica como un político de una “derecha abierta y moderada” y ya el pasado mes de febrero, en un encuentro entre ambos, se produjeron conversaciones en torno a Europa y cooperación antiterrorista. Eso espero que suceda, al menos durante este último año de legislatura.
De todas las declaraciones de Sarkozy en los primeros minutos de sentirse presidente, me quedo con dos: su voluntad de restablecer los valores de "trabajo, respeto y mérito", así como su garantía de que "dará a todos su oportunidad, aunque junto con los derechos también hay obligaciones”.
Y me pregunto ¿qué hubiera pasado en España si un presidente de gobierno electo, de rasgo conservador, hubiera hablado de trabajo, respeto, derechos y obligaciones? ¿Cuántos coches habrían ardido? Al conocerse el resultado de las elecciones en Francia, con la victoria de Sarkozy frente a la socialista Royal, se produjeron una serie de disturbios en las calles de las numerosas ciudades francesas. El balance: 270 detenidos y 367 coches quemados.
Visto lo visto, la primera deducción que hago es cómo un determinado sector de la población (mayoritariamente joven) no aprueba que la victoria de las elecciones sea no para el conservador Nicolás Sarkozy, sino para quien ha sido el ministro del Interior del país galo. Ya en el otoño 2005, recordarán los enfrentamientos que se saldaron con unos datos estremecedores (más de 1.000 coches quemados). Y la responsabilidad en aquel momento era del que será presidente de la República el próximo día 14.
He escuchado a Nicolás Sarkozy en sus primeros momentos como presidente electo. El proyecto político de nuestro vecino -fundamentalmente con las “coincidencias vascas” que tenemos con Francia- es necesario a tener en cuenta. Zapatero le califica como un político de una “derecha abierta y moderada” y ya el pasado mes de febrero, en un encuentro entre ambos, se produjeron conversaciones en torno a Europa y cooperación antiterrorista. Eso espero que suceda, al menos durante este último año de legislatura.
De todas las declaraciones de Sarkozy en los primeros minutos de sentirse presidente, me quedo con dos: su voluntad de restablecer los valores de "trabajo, respeto y mérito", así como su garantía de que "dará a todos su oportunidad, aunque junto con los derechos también hay obligaciones”.



Y me pregunto ¿qué hubiera pasado en España si un presidente de gobierno electo, de rasgo conservador, hubiera hablado de trabajo, respeto, derechos y obligaciones? ¿Cuántos coches habrían ardido?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí lo más probable es que la mayoría de los españolitos no hubieramos ido a votar.

Anónimo dijo...

En España existió, no hace mucho, un gran politico que dijo en pocas palabras que "el español tenía que trabajar mas". Sacó cuatro votos y medio en las Generales. Me refiero a D. Enrique Tierno Galvan (q.e.p.d.)