LA RAPA LAS BESTAS
En estos días de verano se celebran en numerosos pueblos de la geografía española sus fiestas y sus tradiciones. En un buen número de las mismas, el animales como tal tiene un papel protagonista. No sólo es en San Fermín donde se realizan los encierros, sino que también en otros puntos de nuestro país se sueltan toros por las calles, toros embolados, toros de fuego, etc. Todo ello conlleva un sufrimiento del animal, sacado de su hábitat y vejado por jóvenes y mayores.
Hoy viendo las noticias en la tele, he visto una “fiesta” que cada año me produce un escalofrío en el cuerpo: La Rapa Das Bestas, “fiesta” que se “celebra” en poblaciones gallegas.
Los mozos –y los no tan mozos, tanto por mayorcitos como por jovencitos- asaltan de manera brutal a los caballos salvajes para, una vez inmovilizados en el suelo, cortarle las crines. Divertido ¿verdad?
Al ver semejante forma de pasarlo bien, cada año me hago dos preguntas: ¿por qué no dejan a los caballos salvajes en su entorno natural y con sus crines al tamaño natural también? No creo que sea importante para el ecosistema el que esos animales campen con sus crines todo lo largas que su a fisonomía se le antoje. Si el divertimento de los mozos es ese, bien lo podían hacer con sus propias crines, o con las de sus señoras madres.
Y la otra pregunta que me asalta cada año espero que alguien algún día me la conteste: en esta “fiesta” ¿cómo se reparten los papeles?
O dicho de otra manera, ¿quiénes son las “bestas”?
Hoy viendo las noticias en la tele, he visto una “fiesta” que cada año me produce un escalofrío en el cuerpo: La Rapa Das Bestas, “fiesta” que se “celebra” en poblaciones gallegas.
Los mozos –y los no tan mozos, tanto por mayorcitos como por jovencitos- asaltan de manera brutal a los caballos salvajes para, una vez inmovilizados en el suelo, cortarle las crines. Divertido ¿verdad?
Al ver semejante forma de pasarlo bien, cada año me hago dos preguntas: ¿por qué no dejan a los caballos salvajes en su entorno natural y con sus crines al tamaño natural también? No creo que sea importante para el ecosistema el que esos animales campen con sus crines todo lo largas que su a fisonomía se le antoje. Si el divertimento de los mozos es ese, bien lo podían hacer con sus propias crines, o con las de sus señoras madres.
Y la otra pregunta que me asalta cada año espero que alguien algún día me la conteste: en esta “fiesta” ¿cómo se reparten los papeles?
O dicho de otra manera, ¿quiénes son las “bestas”?
6 comentarios:
La respuesta atu pregunta está clara querido amigo.
Las fiestas de algunos pueblos son más "bestias" que "bellas"
En una ocasión me dijeron que los sevillanos éramos unos bestias. Que teníamos mentalidad primitiva, porque nos metíamos debajo de un paso y lo cargábamos con la nuca.
Cuando veo estas fiestas me hago la misma pregunta que tú amigo mío: ¿y a nosotros nos llaman bestias?, ¿quiénes son las bestias?
Un abrazo.
Partiendo de la base de que hay que respetar toda tradición, si que es verdad que más de una es para llevarse las manos a la cabeza. Como esta que nos comenta el amigo Andréu. En mi opinión está claro quiénes son las bestias...
No puedo estar de acuerdo contigo en este articulo.
Para tu conocimiento te contaré un poco de que va esto de la "Rapa de las Bestas".
Cuando en la Edad Media una terrible peste asolaba esta comarca de Pontevedra, los vecinos decidieron rapar a los caballos para limpiarlos. Desde entonces este ritual se mantiene con carácter festivo Con fuerza, destreza y valentía, los aloitadores consiguen doblegar a las bestias y extraer su bien más deseado: las crines. Así se evitan infecciones. Organizados en grupos de tres personas, el primero le agarra la cola al animal (el punto sobre el que se ejerce mayor control sobre el animal), el segundo le sujeta la cabeza y el tercero le corta las crines Pero antes es el turno de los más pequeños, de las nuevas generaciones. Ellos, algunos desde los 6 años, se encargan de separar a los potros, para que no se dañen. Siguen la tradición de padres y abuelos. En este tipo de fiestas siempre hay algún susto, algún rasguño o golpe, pero los aloitadores aseguran que merece la pena. Durante tres días, se rapan a 400 ejemplares. Después se devuelven al monte hasta el próximo año, cuando Sabucedo vuelva a disfrutar de la visita de los caballos salvajes.
Estimado/a anónimo:
Gracias por ilustrarnos con esta explicación, pero lamento decirte que por muy tradicional que sea la fiesta, sigo sin entender el por qué se maltrata así a los animales.
Gracias por participar.
Saludos,
Miguel Andréu
Sr.Andreu,
Entinedo su gran desconocimiento del mundo del caballo, me consta que los que mas conoce son los de Santa Catalina ó el de la Esperanza de Triana.
Solo decirle, que de esta manera el caballo sufre mucho menos que si lo tenemos que introducir de forma artificial en cajones ó mangas para cortar y sanear sus crines.
Saludos
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