viernes, 14 de marzo de 2008

MEMORIA DE FUTURO

La rampla del Salvador. Las palmas. Las ramas de olivo. Los estrenos. El Evangelio más largo del año. Mi corbata. Los reflejos dorados. El olor. La cera. Las primeras flores. Los zapatos de mi mujer. El primer nazareno. La copita en La Mina. Las colas en las iglesias. Los lacitos en la solapa. El almuerzo con prima Rosa y primo César. La inquietud de Alberto. Las hechuras de Tote. La Paz. La revirá de Jesús Despojado. Los palcos. Las colgaduras. Las sillas de enea. Las de tijeras. El programa. El guardia de seguridad. Los saludos. El primer café con Carnerero y Cansino. Mi ahijado (el nazareno más guapo del mundo). La adolescencia de Ana. El paseo hasta casa de mi comadre. La tarde: la Estrella. La noche: los ojos de la Amargura. La Dama, el primer penitente. Esto se empieza a acabar.

El Polígono. El bocina de la calle Santiago. El Cautivo y sus mujeres. ¿Ese es Juan Carlos? Los monaguillos de Santa Marta. La gomina del Jonny y de Manolito. Encarnita y Rafa. La cervecita con mi compadre. La puesta de flores. La charlita dando paseos acera arriba, acera abajo. Las horas que no pasan. Manolo Salguero (“Toma tu cruz y sígueme”). Las calles oscuras del Barrio León (¿?). El nerviosismo, como un niño grande. Las miradas al cielo. Internet y el tiempo al llegar a casa. Mi Padrenuestro.

Mi túnica. Mi túnica. Mi túnica.

El cansancio. La tertulia. Los escoltas de San Bernardo. La pandilla de María de la O. La manigueta torera de Manolo. La bolsa de los bocadillos de Carmela. Los tristes. La cháchara sobre ayer con “las Mercedes”. Más café y más tertulia. Las risas de las dos amigas. El control horario de Pepe Martín. La indignación. La chicotá de la Caridad. Las tapitas. El Buen Fin y su joven pregonero. Jesús Martín Cartaya sin reloj. El Prendimiento y mis escalofríos. Calle Orfila. La radio. La tele en casa.

Los que se van a la playa (¡Benditos sean por siempre!). Las mantillas. Los oficios. La policía de gala. El traje buenecito. La corbata seria. La clavada en el almuerzo (todos los años igual). Las lágrimas de Las Lágrimas. Más Dama. Los planes para esta noche. El abuelo que va y viene. Tertulia. Más tertulia. Las bolsas de pipas. Los cacahuetes. La que enamoró a un Rey. La familia Cuesta. Mi abuela, al ver pasar al Señor de Pasión: más rampla en el recuerdo. La cena de mi suegra. La Semana Santa en la tele. La Legión en Málaga: a dormir. La cabezadita. El teléfono cerca, por si la lluvia cambia los planes (ojalá que no). La una de la madrugada… ¿es jueves o es viernes?

El taxi. Los canis. Las canis. Los invitados. La guasa de primera hora. El capataz del Silencio (¡que peligro!). La ausencia de ruidos. El Hombre con mayúsculas. Los escalofríos. La zancada que se aleja. La Madre traspasada. El fiscal del palio (¡lo más grande…!). ¿Han llegado Inma y Manolo? Los primeros terciopelos. “Ya huele a Roma” y no porque lo diga Burgos, que la frase es mía. El Banderín de Sor Ángela y la solera de esa túnica. El empaque del Dios de la Resolana. El pájaro. Plumas y corazas. Primer bajón. El café. El tiempo que no pasa. ¿Y mi tele pequeñita? Los primeros resplandores. El final de calle Sierpes. La ausencia de un cirio verde (puñetera edad que no perdona). La presiento. La siento. La veo. La miro. Me mira. No aguanto su mirada. La sigo hasta García de Vinuesa. La pierdo. Como nuevo. “Me voy a la calle Parras”. Las risas… ¿por qué? Más ruán. ¿Ese es Luis? Triana. Triana. Más Triana. Julio Vera. Que bien anda ese caballo (pero por lo bajini). Segundo bajón. Triana. ¿Dónde irá Salud? Triana. Más Triana. Los dragones de los ciriales. La Marinería. Triana en estado puro. La Mujer de los ojos grandes donde se mira Inma. Sus nervios. La carrerita hasta donde yo fui antes. De categoría, sin hojana ni hojaneta. Tercer bajón. El frío. El amanecer. Mucho frío. El bronce. La trompetería. La mantilla blanca. Canela y clavo. De refilón, la veo de nuevo en la Encarnación. El taxi. Mi casa (como E.T.).

El sueño. El cansancio. Mi túnica de ruán. El almuerzo (de lujo). Los nazarenos de la O. ¿Quién me ayuda a vestirme? Por el camino más corto, hasta la Costanilla. Mi cruz. Mi soledad de nazareno de negro. No paro de pensar. Una miradita a la derecha en la Avenida. Se ríen (como siempre). No me conocen. Sigo en mis cosas. La vuelta. Reconfortado. Muy reconfortado. Como hacía años. Y ahora… Triana. Mucha Triana.

La melancolía. La tranquilidad. Los Servitas, de cabo a rabo. La corbata negra del ayer más triste. Café o copa... ¿por qué no? Acertar las representaciones del Santo Entierro. La procesión civil (no critiquéis en voz alta, por favor, que se oye todo). El capataz de La Canina… y las flores del paso. La Soledad. Los manguitos. Los ojos de mi mujer. El espíritu de mi mujer. Los recuerdos de mi mujer. La despedida en los palcos… con su poquito de guasa. Más Soledad para mi mujer. Y más, si quiere este año. El reloj de San Lorenzo. El cerrojazo.

De vuelta a Su Ventana. Flores para llevar al Rocío. Aurora de mediodía. Mi amigo Juan Muñoz. Una cervecita en El Rinconcillo. A casa. La siesta. La tele. Mucha tele. La pena. Mucha pena.





¿Quién da más?


PD.: Aquí se cierra este blog hasta el próximo lunes día 24. Lo siento, pero es que no tengo tiempo para otra cosa…

13 comentarios:

Largo dijo...

No se puede decir más ni mejor con simples y breves frases.
De 0 a 10 te daría un 12.

Un saludo.


El tío de la bocina.

C.Gónzalez de la Peña dijo...

Querido Miguel,

Para nosotros es un placer el poder compartir contigo todas esas vivencias que tienes tan arraigadas en tu corazon.

Esperamos que pronto contemos con una nueva actriz en esta historia...ya sabes por que te lo digo.

Un beso de tus PRIMOS y SOBRINOS
en mayusculas que aunque no seamos
carnales te queremos.

Besos a ti y a la prima.

Amorosa dijo...

¡Bendito ritual!...y por muchos años, Miguel, por muchos años. Sólo deseo que cambie algo: la Soledad (tú sabes) de tu mujer, que en cierta medida, tambien es la mía. Muchos besos.

Amorosa dijo...

Soledades del corazón, como la de la Señora de San Lorenzo, la de los hijos que se fueron o de los que aún están por llegar. Esa y sólo ésa es la que deseo que cambie. A La Soledad la tendremos toda la vida, si Dios quiere, por delante para admirarla (por si alguien ha malinterpretado mi entrada anterior)

La gata Roma dijo...

Ya te podrás imaginar lo que me ha gustado, y espero que este año tengamos todo eso... Por cierto, no sabía que la tele pequeñita seguía viva... Estoy segura que dentro de poco veremos la Soledad mas acompañados, porque yo soy igual, hasta que el Sacri no canta la última y dan el cerrojazo... es una melancolía necesaria.
Muchos besos y te veo esta noche con suerte, pero como venga el tocahuev... te quedas sin cenar, jajaja

Anónimo dijo...

Faltarán apenas un par de horas para desembocar en Martes Santo cuando un seráfico nazareno de negro ruán y esparto vuelva a pasar un año más, si Dios así lo quiere, delante de sus amigos que como foto fija estarán donde la Plaza se hace Avenida. Al igual que a un nazareno de Viernes Santo, tampoco al del Lunes lo reconocerán. No importa porque le basta con observar, fugazmente desde detrás de un antifaz, que sus amigos siguen allí, que siguen estando cuando los busca.

Un fuerte abrazo y buena estación, hermano.

PD. Habrá quien me diga de todo porque aquí sí que escribo y no en otros sitios, ya sabes...

Reyes dijo...

Que disfrutes amigo.
Gracias por acordarte de mí en dos miradas, y en dos renglones, ese detalle nunca lo olvidaré.

Un beso muy fuerte y a la Gloria...

el aguaó dijo...

ENHORABUENA. Mi más sincera enhorabuena. Cuando leí el primer párrafo me di cuenta de lo que iba a leer. Sencillamente genial amigo Miguel. Uno de los mejores textos, me atrevo a decir, que te he leído.

Me ha gustado muchísimo. Impactos de fragmentos y estampas que iban sucediéndose en mi cabeza como una proyección de diapositivas.

Espero y te deseo, de todo corazón querido amigo, una Feliz Semana Santa y Feliz Estación de Penitencia.

Un fortísimo abrazo.

Híspalis dijo...

Maravilloso Miguel. lástima que nos dejes a los que no vaamos a poder ver muchas cofradías sin tus narraciones o crónicas cofrades. Supongo que cuando vuelvas el lunes de resaca me cuentes de la misma forma que lo has hecho ahora todo cuanto has vivido. Te deseo, al igual que todos, una feliz Semana Santa. ¡Venga de frente valiente!

PD: En cuanto a la melancolía, buff, ya la tengo y esto aún no ha empezado...

Antonio dijo...

Buena estación de penitencia.

Saludo
Antonio

Raúl Febrer Torres dijo...

Miguel, como siempre, un ejemplo, tantos años conociendote y tantos años sin conocerte de verdad, que lastima y a la vez que alegria por disfrutar de tu amistad.

Antonio dijo...

¿Melancolía?

Ando sumido ya en una espiral.

Saludos. Bue Jueves Santo a todos. Mejor Madrugada. Indescriptible Viernes Santo. Salud (de los Gitanos) a todos.

Paços de Audiência dijo...

Se te ha olvidado una, la de aquellos que nacimos a más de 100 kilómetros de Sevilla, para los que el día que veníamos en tren a ver cofradías era el más grande del año.

Tú lo has dicho. Bendito los que se van a la playa. La pena es que no haya una playa para canis.