lunes, 10 de noviembre de 2008

UN PREGONERO A MEDIO CAMINO

Como todos ustedes ya saben, el Consejo de Cofradías ha designado a Enrique Henares Pregonero de la Semana Santa de 2009. Desde estas primeras líneas, mi felicitación y aliento para este envite, no fácil pero sí entiendo que muy gratificante.

Aunque el título de esta entrada pueda resultar, a priori, un tanto chocante, no voy a entrar en valorar la designación de este hecho, es más, ni tan siquiera lo voy a poner en duda: quienes lo han elegido sabrán y no me veo en la capacidad de enjuiciar dicha decisión.

El título viene a raíz de un comentario volcado ya hace tiempo por su hijo en el blog de Híspalis, concretamente en la entrevista que este último me realizó y en el cual Enrique Henares hijo me indicaba dónde estaba situada su vivienda.

Es por ello que el Pregonero de la Semana Santa de 2009 vive a medio camino… ¿de qué? Pues quien me conozca algo lo habrá averiguado: a medio camino de mis dos hermandades de penitencia, San Esteban y San Isidoro y de la Hermandad de Nuestra Señora de los Reyes, Patrona de los Sastres, que radica en la Parroquia de San Ildefonso y a cuya Junta de Oficiales pertenezco en la actualidad.

Por tanto, la cercanía de donde, presuntamente, se escribirá el texto del Pregón, me toca muy de cerca. Espero también que Enrique Henares, aborde el Domingo de Pasión, aquellos temas los cuales hoy día muchos cofrades tenemos tan de cerca y que, en ocasiones, dejamos pasar por alto por espinosos y peliagudos. Creo que eso será así, después de haber leído algún que otro texto suyo, que me ha sorprendido gratamente.

Insisto en mi aliento a este hombre, cuya vida ha cambiado considerablemente desde la noche del pasado sábado y que tendrá, seguro, una muy distinta Cuaresma y Semana Santa de las que habitualmente habrá estado acostumbrado.

Sea, por tanto, el Pregón de la Semana Santa de 2009 como Enrique Henares quiera que sea. En él se han depositado las confianzas merecidas y faltar a este primer principio sería desvirtuar la esencia del acto.

Mi aliento, Pregonero, de aquí al 29 de marzo.


Tuya es ya la voz.


Tuya es ya la palabra.




Foto: Gentileza de Arte Sacro

10 comentarios:

Enrique Henares dijo...

Querido Miguel:

Gracias por tus palabras de aliento a mi padre. Espero que nuestros "Vecinos" le ayuden para estar a la altura de lo que Sevilla merece.

Un fuerte abrazo.

Híspalis dijo...

No tengas duda alguna Enrique... tu padre estará a la altura. Me alegra mucho esta designación, creo que han acertado.

Miguel, bonita entrada y el titular perfecto, he tenido que leer hasta el final (como todos) para comprender lo que quería decir.

Un fuerte abrazo.

Mer dijo...

Me uno a ti, sobre todo en las felicitaciones al pregonero y al hijo bloggero. Me gusta este tipo de persona que está en el mundo, tanto por su profesión como por su trayectoria en las Hermandades.
Saludos

el aguaó dijo...

Amigo Miguel, como siempre, detallista con esta entrada que nos sirve a todos de plataforma para felicitar al Pregonero de este año y a su hijo Enrique, el cual sabe que me alegré muchísimo con la designación de su padre. Aprovecho también para darle la enhorabuena, aunque estoy seguro que un año lo haré con motivo de su propia elección.

Este año disfrutaremos con el Pregón. Estoy seguro.

Un abrazo fuerte amigo Miguel.

P.D. He estado perdido en estas últimas semanas, como habrás podido comprobar amigo, pero el tiempo y mi nueva situación laboral me han hecho muy difícil el actualizar y las visitas a los blogs. Casi estoy adaptado a mi nueva situación y voy cogiendo los horarios. Así que estoy aquí de nuevo...

Antonio dijo...

No lo conozco pero como he comentado en otro sitio, mucha suerte y fuerza para plasmar en el atril lo que siente.

Y ciertamente, original la entrada, con su pelín de misterio...

Saludos
Antonio

NICODEMO dijo...

Magnífica entrada y como ya apuntan con su 'mijita' de misterio. El pregón, sin duda, promete. Más diría, al igual que el del año pasado, asegura el éxito y es apostar a caballo ganador; don Enrique no puede dar un mal pregón. Más bien lo contrario. Que por qué no lo ha dado antes merecería otras reflexiones.
Hablando de vecindarios, además de haber pertenecido a la misma cuadrilla que don Enrique (padre), he descubierto por un comentario de su hijo que también fuimos casi vecinos de calle.
Al igual que el Aguaó mi nuevo trabajo me permite poco tiempo libre para visitar a amigos y casi menos para comentar (era en mi antiguo trabajo donde podía tener tiempo para ello), pero eso no quiere decir que os deje en el olvido.
Un saludo

La gata Roma dijo...

Pues nada, crónica de una entrada anunciada, más aún para la única persona que al saber el título supo por dónde ibas… y es que te pareces a mi, jajaja, confío en que te moleste.
El atril es cosa seria; la suerte es que el pregonero de este año parece conocer ese detalle, y eso, para empezar, es de agradecer.
Felicidades una vez más, al padre y al hijo, que lo está disfrutando casi como el primero,, y es que la cosa no es para menos.
Kisses

El Caliz de la Canina dijo...

Ya empieza la cuaresma querido Miguel ......

Los mantecaos y a airear la Túnicas jajajajajajajaja.

Espero que rompa un tópico y lo haga lo mejor posible .....

Un abrazo canino.

La Canina seguirá cavilando ....

P.D: Perdona miarma por tenerte tan abandoaíto ....

Unknown dijo...

El último párrafo es de quitarse el sombrero.

No cabe duda que escribir un pregón debe ser una responsabilidad impresionante, pero para todo aquel que haya vivido, sentido y amado nuestra Semana Santa supongo que todo ésto dará igual.

Saludos.

orfila dijo...

Yo ya le escribí en la entrada previa a "la crónica". Para saber si la decisión ha sido o no acertada, pues hay que esperar a los primeros quince o veinte minutos del pregón.

Desde la parte que me toca por el "deporte sacro", participo de la enhorabuena. Aunque dentro de ese mundo, yo estoy en el polo opuesto, que no quiere decir en contra. No sé si me explico, pero sé que tú me entiendes.

Además, como Sevilla es el pueblo más grande que existe, Don Enrique tiene amistad con mi padre. En fin.

Un abrazo, Miguel.