jueves, 3 de enero de 2008

CARTA A LOS REYES MAGOS

Queridos Reyes Magos Melchor, Gaspar y Baltasar:

Sé que quizás sea un poco tarde, pero la verdad es que no he podido pararme para escribir la carta que cada año os envío. Tampoco importa mucho, porque sé que sois Magos de verdad y que no hay nada imposible. Por eso sigo cada año escribiendo esta carta, que espero no se pierda y llegue a su destino que no es otro que vuestros corazones.
Son muchas las cosas que pido, como cada año, pero espero que sin necesidad de explicación, sepáis comprender los motivos. Bueno, ahí van:

Quiero que durante el 2008 no se produzcan más atentados contra la vida de las personas: que acabe la violencia, las guerras entre los distintos pueblos que habitan en la Tierra, que George Bush sea un poco más bueno y que Al Qaeda deje las armas escondidas en el punto más remoto del desierto más perdido. Que en Kenia y Pakistán, por poner un solo ejemplo, se conviva entre hermanos. Que el petróleo no sea causa de conflictos y que la paz llegue -por fin- a vuestros lares.
Me gustaría también que todos los niños del mundo sean tratados como eso, como niños; que no les falten juguetes, ni ropa de abrigo ni alimentos. Y por supuesto tampoco calor de hogar y cariño, mucho cariño y muchos besos sinceros de personas que los quieran. Y que a quienes no actúen así, que se les condene a copiar mil veces los Derechos de los Niños, para que se los aprendan de una vez por todas.
También quiero que todas las mujeres del mundo sean libres de lucir su pelo al viento, de elegir con quien quieren convivir y que no sean acosadas por nadie. Y por supuesto, que ninguna mujer del universo tenga que maquillarse en exceso la cuenca de alguno de sus ojos o sus pómulos para disimular nada. Si se maquillan que sea sólo porque ellas así lo quieren: para estar más bellas de lo que son.
Otra de las cosas que quiero pedir es que iluminéis a nuestros investigadores, médicos y científicos, para que, de una vez por todas, las palabras cáncer, alzheimer, parkinson, sida y otras similares se erradiquen de la faz de la tierra, con ungüentos y pócimas que nos hagan más felices a todos.
Para los ancianos y abueletes quiero que traigáis mucho amor y cariño. Y para los que están a su lado, familiares o cuidadores, comprensión, respeto y paciencia, en algunos de los casos.
A la Madre Naturaleza traedle un poco de comprensión; que a pesar de que no la tratamos muy bien últimamente, se olvide de los tsunamis, terremotos, tormentas tropicales y otros enfados por el estilo, que acaban con la vida de muchas personas.
A la Madre Iglesia habría que regalarle un poco de actualización en sus ideas; también que no se meta donde no la llaman y que cuide un poco más de los cristianos como verdaderos hijos de Dios.
A nuestros gobernantes no quiero que les traigáis carbón, como muchos os pedirán para ellos. Sólo quiero que hagáis de esos hombres y mujeres unas personas más humanas. Que nos entiendan mejor a los que no alcanzamos a entenderles a ellos, ni sus discursos ni sus promesas. Y por supuesto que comprendan -de una vez por todas- que mentir está feo y engañar a los demás es muy malo. Seguro que con eso se terminan muchos malos rollos de este país.
Para mis amigos quiero que le traigáis el ser yo el primero en conocer sus problemas, para ayudarles como se merecen: con toda mi alma.
Para mis enemigos, si es que los tengo, quiero que les regaléis el que me perdonen por aquello que les pudiera hacer y la comprensión de que nunca fue mi intención ofenderles ni hacerles daño.
Para mi familia pido sólo salud, ya que estando buenos y sanos, todo nos saldrá a pedir de boca.
Para Ana e Ignacio, aparte de algunos juguetes, el que no pierdan la inocencia de la infancia ni la sonrisa de sus labios.
Para mi mujer -lo siento, pero ella se merece un punto y aparte- pido unas vacaciones de un mes en un país lejano (¿China, por ejemplo?), aunque tenga que soportar muchas horas de avión, aparatos que no le gustan nada. Y que a la vuelta de esas vacaciones no venga sola conmigo.
Para mí, tan sólo quiero que me traigáis dos cosas: una, que tenga la capacidad de reflexionar al ver lo que hay a mi alrededor y contribuir de alguna manera a cambiarlo, para que todo sea mejor; y dos, que sea capaz de irradiar amor a todo aquel que tenga a mi lado.

Sin otra cosa que pedir, quiero desearos a los tres que viváis muchos años para seguir haciéndonos felices y que tengáis un feliz viaje de vuelta. Espero vuestros caramelos el sábado por la tarde, en cualquier calle de la ciudad.




P.D.: Gracias por este blog. Ha sido uno de los mejores regalos de mi vida.

3 comentarios:

orfila dijo...

Preciosa y sentida carta. Qué pena que alguna de las cosas que se piden sean tan difíciles.

Pero bueno, la Esperanza es lo último que se pierde. Y en nuestra amada ciudad andamos sobrados de Ella.

Felices Reyes y visite usted mi casa cuando quiera, (creo recordar que en un tiempo lejano la visito en el coro)

el aguaó dijo...

Amigo Miguel... todos nosotros deberíamos pedir para los Reyes que se cumpliera tu carta.

Genial y emotiva, pero como dice el amigo Orfila... tan dificil.

Un fuerte abrazo.

Híspalis dijo...

Ojalá se pudiera cumplir aunque sea algunas cosillas que pides. Sería todo un logro para todos. Preciosa carta amigo Miguel, preciosa. Te deseo un feliz año 2008 y sobre todo que sigas disfrutando de este interesante blog tanto como nosotros.

Un fuerte abrazo en forma de roscón de reyes.